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El hallazgo de expedicionarios de American Bird Conservancy en las laderas del monte Kilkerran, Papúa Nueva Guinea, reveló al mundo el regreso de un ave que se creía perdida para siempre.
Un ave que se creía extinta desde hace 140 años fue vista en los bosques de Papúa Nueva, Guinea. Se trata de la paloma faisán de nuca negra que había sido documentada por científicos por primera y última vez en 1882, pero un equipo de científicos y conservacionistas redescubrió a la escurridiza ave que solo vive en la isla Fergusson, en el archipiélago D’Entrecasteaux, en el Océano Pacífico.
Un gran logro para la comunidad de ornitólogos que conocen muy poco sobre la especie.

Al igual que otras palomas faisán, el espécimen tiene cola ancha y comprimida lateralmente, lo que junto con su tamaño la hace parecerse mucho a un faisán. Los expedicionarios creen que la población de esta especie en Fergusson es muy pequeña y está disminuyendo arriesgándose a la extinción.
“Cuando recolectamos las cámaras trampa, pensé que había menos del uno por ciento de posibilidades de obtener una foto de la paloma faisán de nuca negra. Luego, mientras me desplazaba por las fotos, me sorprendió esta foto de este pájaro que pasaba junto a nuestra cámara”,
dijo Jordan Boersma, investigador postdoctoral en el Laboratorio de Ornitología de Cornell y co-líder de la expedición.
El equipo de la expedición -que incluía a habitantes locales de Papúa Nueva Guinea del Museo Nacional y expertos del Laboratorio de Ornitología de Cornell- llegó a Fergusson a principios de septiembre de 2022.
Tras un mes por la isla reuniendo estrevistas a lugareños para identificar sitios clave donde instalar cámaras trampa con la esperanza de dar con la paloma faisán de nuca negra. El terreno empinado y montañoso de la isla hizo que la búsqueda fuera extremadamente riesgosa.
“No fue hasta que llegamos a las aldeas en la ladera occidental del monte Kilkerran que comenzamos a encontrarnos con cazadores que habían visto y oído al faisán-paloma”.
dijo Jason Gregg, biólogo conservacionista y codirector del equipo de expedición.
El equipo colocó 12 cámaras trampa en las laderas del monte Kilkerran, la montaña más alta de la isla Fergusson, y desplegó ocho cámaras adicionales en lugares donde los cazadores locales habían informado haber visto palomas faisanes en el pasado.
La aparición de Gregory en el camino de los investigadores
Augustin Gregory, cazador local del pueblo de Duda Ununa, al oeste de Kilkerran, proporcionó la pista determinante para hallar al ave cuando reveló a los investigadores que vio algo parecido a una paloma varias veces en un área de valles empinados y describió haber escuchado el sonido que hacía cuando alguien se le acercaba, algo muy característico de este ejemplar con un nombre coloquial: “auwo“.
Allí mismo, el equipo instaló cámaras en lo hondo del denso bosque.
Esta cámara – colocada en una cresta a 1000 metros cerca del río Kwama sobre Duda Ununa- capturó a la paloma faisán de nuca negra caminando sobre el suelo del bosque dos días antes de que el equipo abandonara la isla.
Una investigación de dos semanas en 2019 realizada por Boersma, Gregg y Nason no encontró ningún rastro del ave, aunque recopiló informes de cazadores locales sobre un ave que podría haber sido la paloma faisán. Los resultados ayudaron a determinar las ubicaciones para que el equipo busque en 2022. Pero Gregory fue determinante.
Muchos comentarios al respecto del hallazgo
El descubrimiento del equipo sugiere que es probable que la paloma faisán sea extremadamente rara. El bosque agreste e inaccesible donde redescubrieron la especie podría ser el último bastión de la paloma faisán de nuca negra en Fegusson.
“Las comunidades estaban muy emocionadas cuando vieron los resultados de la encuesta, porque muchas personas no habían visto ni oído hablar del ave hasta que comenzamos nuestro proyecto y obtuvimos las fotos de la cámara trampa. Ahora esperan trabajar con nosotros para tratar de proteger a la paloma faisán”.
dijo Serena Ketaloya, conservacionista de Milne Bay, Papua Nueva Guinea.
“Después de un mes de búsqueda, ver esas primeras fotos de la paloma faisán de nuca negra fue como encontrar un unicornio. Es el tipo de momento con el que sueñas toda tu vida como conservacionista y observador de aves”.
comentó John C. Mittermeier, director del programa de aves perdidas en American Bird Conservancy y co-líder de la expedición.
“Este redescubrimiento es un increíble faro de esperanza para otras aves que se han perdido durante medio siglo o más. El terreno que buscó el equipo fue increíblemente difícil, pero su determinación nunca flaquear, a pesar de que muy pocas personas recordaban haber visto la paloma faisán de nuca negra en las últimas décadas”.
puntualizó la gerente de Búsqueda de Especies Perdidas en Re:Wild, Christina Biggs.
FUENTE: Página12.
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