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Esta nueva vacuna, creada por investigadores Japoneses, ataca la enfermedad de Alzheimer en sus raíces logrando ralentizar su progreso.
Investigadores de la Facultad de Medicina de la Universidad de Juntendo en Tokio, Japón, han desarrollado una vacuna que ha ralentizado el progreso del Alzhéimer y ha mejorado el comportamiento de los sujetos de prueba.
El fármaco demostró efectividad en los ensayos eliminando las células senescentes, aquellas que han llegado al final de su vida pero se resisten a ‘morir‘, generando sustancias nocivas como la ‘glicoproteína asociada a la senescencia (SAGP)’.
Esta acción contra la SAGP mejoró varias enfermedades relacionadas con el envejecimiento en modelos de ratón, como la aterosclerosis o la diabetes tipo 2.
En el estudio, cuyos resultados han sido publicados en la revista especializada Neuroscience News, se realizaron pruebas en ratones, y la vacuna redujo los depósitos de amiloide, disminuyó los biomarcadores inflamatorios e incluso mejoró la conciencia de los animales sobre su entorno. Los hallazgos de esta investigación preliminar ofrecen prometedoras implicaciones para el futuro tratamiento del Alzheimer en seres humanos.
Los ratones que recibieron la vacuna mostraron una mayor conciencia de su entorno, lo que sugiere una disminución de los síntomas de la enfermedad.
Las claves de esta nueva vacuna
La vacuna SAGP reduce significativamente los depósitos de beta-amiloide cerebral en la corteza cerebral, donde se procesa el lenguaje, la atención y la resolución de problemas.
Por su parte, los astrocitos, las células más abundantes de la glía en el cerebro y otras moléculas inflamatorias específicas, disminuyeron de tamaño en los ratones que recibieron la vacuna. También se observó una reducción de diversos biomarcadores inflamatorios, lo que implicaría que la inflamación cerebral general mejoró con la vacuna SAGP. Así, los ratones que recibieron esta vacuna respondieron significativamente mejor a pruebas de comportamiento en laberinto a los seis meses de edad que aquellos que recibieron un placebo.
Además, tendían a comportarse como ratones sanos normales, mostrando conciencia de su entorno.
“La prueba de nuestra vacuna en ratones revela su potencial para prevenir o modificar la enfermedad de Alzhéimer. En el futuro, el objetivo será lograr resultados similares en humanos. Si la vacuna tiene éxito en los pacientes, sería un gran paso para retrasar la progresión del alzhéimer, o incluso lograr prevenirla con antelación”.
explica Chieh-Lun Hsiao, investigador del Departamento de Biología y Medicina Cardiovascular de Jutendo.
Unos resultados esperanzadores y un gran paso. De hecho, si la vacuna pudiera demostrar su eficacia en humanos, sería un gran paso adelante para retrasar la progresión del Alzhéimer o incluso prevenirla.
FUENTE: La Cara Buena del Mundo.
IMÁGENES: Pexels.
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