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Panamá promulga Ley de Derechos de la Naturaleza, garantizando la protección del Mundo Natural

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La Ley de Derechos de la Naturaleza promulgada, otorga a la tierra, árboles, ríos, arrecifes de coral y montañas, derechos legales únicos.

Recientemente, Panamá se unió a los múltiples países del mundo que reconocen los derechos legales de la naturaleza, a través de la promulgación de una Ley de Derechos de la Naturaleza. Se trata de un instrumento que permite a los ambientalistas combatir el daño ecológico. La Ley de Derechos de la Naturaleza impulsa un movimiento legal, que otorga al mundo natural, derechos legales únicos, similares a los de los humanos, las corporaciones y los gobiernos.

Ley de Derechos de la Naturaleza

Luego de poco más de un año de debate en la Asamblea Nacional de diputados, el presidente Laurentino Cortizo firmó el pasado jueves 24 de febrero la Ley que define a la naturaleza como “una comunidad única, indivisible y autorregulada de seres vivos, elementos y ecosistemas interrelacionados entre sí que sostiene, contiene y reproduce todos los seres”.

La legislación incluye seis párrafos con derechos extendidos a la naturaleza, incluyendo el “derecho a existir, persistir y regenerar sus ciclos de vida”, el “derecho a conservar su biodiversidad” y el “derecho a ser restaurada después de haber sido afectada directa o indirectamente por cualquier actividad humana“.

Con esta Ley de Derechos de la Naturaleza, Panamá se une ahora a Bolivia, Nueva Zelanda, Bangladesh, Ecuador, Brasil, Colombia y México, entre otros países, que han emitido sentencias judiciales, promulgado leyes o reformado constituciones reconociendo los derechos legales de la naturaleza.

La ley de Derechos de la Naturaleza de Panamá entrará en vigencia un año después de su publicación en Gaceta Oficial del país.

Ley de Derechos de la Naturaleza

La legislación también impone nuevas obligaciones al gobierno de Panamá, incluido el requisito de que sus planes, políticas y programas respeten los derechos de la naturaleza. Además, instruye al gobierno a desarrollar procesos de fabricación y políticas energéticas que salvaguarden los ecosistemas, y requiere que el gobierno promueva los derechos de la naturaleza como parte de su política exterior.

“Para un país tan rico en biodiversidad como Panamá, cuidar la naturaleza es un paso en la dirección correcta. Abrirá oportunidades económicas, como en Costa Rica, para el ecoturismo y el desarrollo sostenible”.

ha dicho el diputado Juan Diego Vásquez Gutiérrez, proponente de la ley.
Ley de Derechos de la Naturaleza

Que la naturaleza tenga los mismos derechos legales que humanos, corporaciones y gobiernos, surge de la visión del mundo de algunas culturas indígenas y el movimiento de “ecología profunda” de la década de 1970.

La legislación establece que el país reconoce la estrecha relación entre los derechos de la naturaleza y las creencias de sus pueblos indígenas y promoverá la incorporación de sus conocimientos ancestrales en la interpretación y aplicación de los derechos y obligaciones contenidos en esta Ley.

La ley de Derechos de la Naturaleza considera el valor intrínseco de todos los seres vivos, no solo los humanos y el vínculo entre éstos y el mundo natural. Esta filosofía contrasta con el utilitarismo propio de las naciones industrializadas que considera que la naturaleza existe para servir a la humanidad y que los humanos tienen derecho a mercantilizar y, en ocasiones, destruir los ecosistemas.

Los defensores del movimiento por los derechos de la naturaleza atribuyen las crisis ecológicas como el cambio climático y la pérdida de biodiversidad a la mentalidad existente y los instrumentos legales que tratan a la naturaleza como propiedad humana sujeta a explotación.

Por su parte, los detractores argumentan que las leyes de derechos de la naturaleza detendrán toda actividad de desarrollo y dañarán las economías.

Ley de Derechos de la Naturaleza

En otras naciones como Ecuador se han promulgado leyes similares, a la luz de las que se han emitido fallos judiciales que anularon permisos para actividades de extracción y exigieron la restauración de ecosistemas dañados por la actividad humana, logrando disminuirla, mas no anularla. Panamá espera replicar esta situación a través de la ley que hasta ahora va bien encaminada en los respectivos debates, sin encontrar oposición real.

La rica biodiversidad de Panamá, que forman las vastas franjas de bosques tropicales y manglares que albergan más de diez mil especies de plantas y animales y a pueblos originarios, sobre todo en las comarcas y regiones de Darién y Veraguas, está bajo la amenaza del desarrollo y las extracciones. En los últimos 18 años, 194 000 acres de su diverso bosque tropical húmedo, se han perdido irreversiblemente, según Global Forest Watch.

Ley de Derechos de la Naturaleza

“Panamá es uno de los 25 países más megadiversos del mundo y desempeña un papel fundamental en la preservación de la biodiversidad y la mitigación del cambio climático. La aprobación de esta Ley es fundamental porque suma los esfuerzos de Colombia y Ecuador por reconocer los derechos de la naturaleza, creando un corredor de conservación en la región que abre las puertas a una gobernanza holística y conjunta de los bosques, ríos y mares”.

dijo Constanza Prieto Figelist, directora legal para América Latina del Earth Law Center.
Ley de Derechos de la Naturaleza

La ley fue propuesta originalmente por Callie Veelenturf, una bióloga marina y exploradora de National Geographic, que había estado estudiando las tortugas marinas en el archipiélago de las Perlas.

Esta experiencia le permitió ver de cerca las amenazas a las especies en peligro de extinción, lo que le motivó a presentar su propuesta al diputado Vásquez y a la primera dama de Panamá, Yazmín de Cortizo.

“No tenía expectativas, simplemente traté de traer a la mesa imágenes convincentes de las amenazas que enfrenta la naturaleza desde el campo, argumentos políticos y estadísticas poderosas. Espero que cada vez más ciudadanos comunes que conocen las amenazas que enfrenta la biodiversidad no se sientan intimidados por el sistema legal y se propongan nuevas leyes que protejan la naturaleza”.

dijo Veelenturf, de 29 años y fundadora de Leatherback Project y Rights for Nature.

FUENTE: Inside Climate News.

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