Desde finales de septiembre y a lo largo del mes de octubre, las aves migratorias de Norteamérica y Suramérica convierten a El Salvador en su hogar temporal.
La llegada del otoño y los inicios del invierno son los indicadores naturales de muchas aves migratorias de América del Norte y Suramérica para iniciar su viaje a lugares más cálidos, sitios donde pasar la temporada y obtener alimento. A lo largo de su viaje las aves migratorias vuelan miles de kilómetros desde el norte o del sur para librarse del frío, deteniéndose en destinos inesperados como El Salvador donde son embajadoras de la biodiversidad.
Las aves migratorias se desplazan en grupo cuando se dirigen a otros sitios que serán sus residencias temporales. Así, por ejemplo tenemos a los azacuanes, vocablo nahuatl que significa “ave migrante“, en referencia al gavilán, halcón, zopes de cabeza negra, zopes de cabeza roja, búhos y otras aves rapaces.
En este octubre, el salvadoreño puede observar con detenimiento los cielos y encontrarse con filas de aves que aprovechan los torbellinos de calor para elevarse y deslizarse más rápidamente sin mover tanto sus alas.
Aves más pequeñas como colibríes y chiltotas también viajan en bandadas, descansan en el día y duermen por la noche. Algunas se alimentan de los frutos de los árboles que encuentran a su paso.
La isla de Los Pájaros, ubicada en el centro del lago de Suchitoto, a unos 40 km al noreste de San Salvador, es el epicentro de la migración masiva que atrae el turismo. Al amanecer y al atardecer las islas de Los Pájaros, Copapayo y del Hermitaño son el escenario de la más intensa algarabía de aves migratorias fusionando sus sonoros trinos y atrayendo a turistas de Europa y Estados Unidos.
“La llegada de las aves es todo un espectáculo en la isla, porque muchas de ellas hacen sincronizadas formaciones en el aire para luego pescar en el lago”.
cuenta Raúl Sánchez, guía turístico y pescador de Suchitoto.
El biólogo salvadoreño, Néstor Herrera, sostiene que la temporada migratoria para las aves “se debe a que la llegada del invierno, de diciembre a marzo, ocasionará que el alimento escasee o desaparezca. Las aves más al norte son las primeras en viajar”.
De un detalle se está seguro, las aves migratorias no saben sobre las fronteras entre los países ni presentan documentos para viajar de una nación a otra. Solo conocen la libertad de volar por la supervivencia de su especie.
FUENTE: La Prensa Gráfica.