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La forma y posición privilegiadas del país convierten este destino en una ruta migratoria perfecta para las aves rapaces.
Alrededor de dos a tres millones de aves rapaces vuelan a través de Panamá en estos meses, coincidiendo con la temporada de finalización de las lluvias y la llegada del otoño. Esta equivale a la tercera migración de aves rapaces más grande del mundo y los cielos de nuestros países centroamericanos serán el escenario de su espléndido vuelo, probablemente hasta el 21 de diciembre próximo.
Fuente: Smithsoniancam.
Octubre de 2014 supondría un inconveniente para esta migración pues el mal tiempo en el oeste de Panamá dejó en tierra a un grupo de aves rapaces que realizaban su migración al sur para la temporada. Las aves rapaces no vuelan cuando hace mal tiempo, y las lluvias de octubre fueron inoportunas.
“Seguíamos recibiendo grandes informes provenientes de Bocas del Toro, pero no aparecía nada en la ciudad. Por lo general, las aves tardan aproximadamente un día en llegar a la ciudad de Panamá desde el oeste. Pero no pasaba nada durante unos cuatro o cinco días”.
dice Jenn Sinasac, bióloga, guía naturalista y gerente de operaciones de la empresa de ecoturismo White Hawk Birding en Panamá.
Luego, para el mes de noviembre, específicamente el 2 de noviembre, los cielos empezaron a recibir la llegada en masa de parvadas de milanos del Mississippi, halcones de alas anchas, halcones de Swainson y buitres de pavo, rompiendo el récord anterior de número de aves rapaces migratorias contadas en un solo día.
Conmovida por la belleza de la escena, Sinasac, con voz quebrada, describe los cielos “llenos de aves rapaces sobre la ciudad desde primera hora de la mañana hasta el anochecer“.
Fuente: Smithsoniancam.
Durante la temporada de migración, que generalmente comienza a fines de agosto y se extiende hasta noviembre, es típico que entre dos y tres millones de aves rapaces vuelen a través de Panamá, en la tercera migración de aves rapaces más grande del mundo. La segunda más grande se situa en Eilat, Israel, y la primera en Veracruz, México.
Las aves rapaces cubren cientos o miles de millas en su viaje desde América del Norte hasta América del Sur. Las especies que siguen esta particular ruta migratoria pueden ser avistadas tan al norte como el Ártico y tan al sur como Argentina y Chile. La distancia recorrida varía según la especie y las fuentes de alimento. Los halcones de Swainson, por ejemplo, viajan 14.000 millas desde el Ártico hasta Argentina. Los halcones de alas anchas viajan en promedio 4350 millas, desde el sur de Canadá hasta Bolivia.
Fuente: Smithsoniancam.
Para el mes de septiembre se contabilizó el vuelo de 2.105.060 de aves rapaces sobre la ciudad de Panamá, evento que suscitó el cierre del aeropuerto, suspendiendo los vuelos hasta que las aves hubieran pasado con seguridad. El evento mantuvo ocupados los contadores oficiales de la Sociedad Audubon de Panamá dos días completos en el recuento final.
La Sociedad Audubon de Panamá ha estado realizando conteos de aves rapaces desde 2004. Antes de 2014, el récord anterior para el conteo de un solo día era de aproximadamente 900,000. Voluntarios capacitados siguen a las aves y los resultados se comparten con la comunidad científica mundial en HawkCount.org.
Fuente: Smithsoniancam.
“Las organizaciones internacionales que [vean los datos] pueden recomendar estrategias para garantizar que este fenómeno continúe con éxito”.
nos dice Carlos Bethancourt, guía y gerente de marketing de Canopy Tower, una empresa de ecoturismo y alojamiento a lo largo del Canal de Panamá a las afueras de la ciudad.
Superando la cima coposa de los árboles, Canopy Tower ofrece vistas panorámicas de las parvadas de aves rapaces arremolinadas. Durante la migración, los visitantes pueden subir a la cima para observar las aves rapaces o realizar recorridos guiados de observación de aves a través de la selva tropical circundante. Históricamente, no siempre fue un destino para la observación de aves; la torre en sí fue construida como una torre de radar militar estadounidense en 1963 después de la crisis de los misiles en Cuba.
“Es importante no solo que los visitantes, sino también que la gente local entienda lo que está pasando. Necesitamos apoyar a los halcones a lo largo de su ruta migratoria, desde sus lugares de reproducción hasta sus lugares de invernada”.
añade Bethancourt.
Torre de Observación Canopy Eco Lodge en el Parque Nacional Soberanía, Panama. Kike Calvo/Universal Images Group
La forma y posición privilegiadas de Panamá lo hacen una ruta migratoria perfecta para aves rapaces y otros tipos de aves, como pájaros cantores (oropéndolas, currucas y tangaras) y aves playeras (playeros, chorlitos y agujas). El país forma una línea horizontal, desde Costa Rica, en la base de América Central, en el oeste, hasta Colombia en la parte superior de América del Sur, en el este. En su punto más angosto, tiene solo 30 millas de ancho.
“El istmo crea un efecto canalizador. Las rapaces migran por tierra. Utilizan térmicas, bolsas ascendentes de aire caliente que les permiten conservar energía. Las térmicas no se forman sobre el agua.”.
explica Sinasac, también miembro de la junta directiva de la Sociedad Audubon de Panamá.
Las aves rapaces inician su recorrido por el istmo en Bocas del Toro, provincia que es parte continental y parte archipiélago en la costa noroeste. Luego, cruzan la divisoria continental, hacia la ciudad de Panamá, sobre las corrientes de aire naturales del Caribe al Pacífico.
De allí, sobrevuelan la provincia de Darién hacia Colombia. Por las tardes, se detienen para alimentarse, defecar y descansar. En total, el viaje dura más de dos meses, según la especie.
“Su enfoque está en la migración. Es por eso que las aves rapaces usan térmicas, para conservar su energía. No tienen que aletear activamente, [y] no tienen que estar alimentándose constantemente para tener la energía para migrar. Su objetivo es llegar a donde van a pasar el invierno lo más rápido posible”.
añade Sinasac.
El mejor momento para que turistas y lugareños experimenten la migración es entre el 1 de octubre y el 18 de noviembre. White Hawk Birding y Canopy Tower brindan recorridos de observación de aves y las playas de Bocas del Toro, Semaphore Hill en el Parque Nacional Soberanía y Cerro Ancón, la altura más emblemática que domina la ciudad de Panamá, son todos lugares privilegiados para observar.
“He disfrutado viendo la migración de aves rapaces desde que era un niño, cuando no entendía lo que estaba pasando. Cada vez que notaba la migración, se me ponía la piel de gallina al pensar de dónde venían todos estos halcones, sin mencionar cómo se juntaron misteriosamente desde todas partes de América del Norte para migrar”.