Más grande que el COVID-19, la depresión surge como el nuevo enemigo público. Veamos cómo detectar la depresión y reforzar nuestra salud mental.
El panorama global actual nos plantea una pandemia alterna, y a pesar de ser letal, nos ataca de una manera silente dificultando la detección de sus síntomas. Cada día es más común leer o escuchar casos de personas que sucumben ante la presión de los estándares de la sociedad, y, lamentablemente, la mujer es foco principal de estos ataques, haciéndose cada vez más común encontrarnos con la depresión en la mujer.

Recientemente una noticia trágica y descorazonadora puso sobre la mesa el debate sobre las consecuencias de una salud mental debilitada. Hasta la más bella de las sonrisas puede ocultar pesares que le lleven a lo impensable, y en esta oportunidad, Cheslie Kryst, quien fue coronada como Miss Estados Unidos en 2019, resultó la más reciente víctima.
“¿Cómo pudo llegar a tal punto?” es, por denominador común, la reacción más escuchada en situaciones como esta, y muchas de las veces ignoramos la respuesta.
Creo fielmente que parte del problema radica justamente en eso: el no saber identificar cuáles son las señales que debemos tomar en cuenta para detectar cuándo nuestros seres queridos no están bien.
¿Mi primera recomendación? Debemos poner atención a cómo nos hablamos o comunicamos con otros; me he fijado mucho en que utilizamos constantemente “LOS DEBES Y LOS TIENES” asumiendo que todos tenemos el mismo punto de vista, conllevando una gran presión emocional del “deber ser” que resulta en un grado de responsabilidad.
Es por esto que debemos reflexionar sobre cómo respondemos a las situaciones que exige la sociedad, los amigos o la familia, por ejemplo: “debes vestirte de tal forma”, “tienes que hablar o expresarte para” o hasta incluso, “si no lo haces, eres”; todas estas exigencias, de forma inconsciente, resultan en un estado de estrés emocional muy grande.
Por esto es importante poner tanta atención a nuestros seres queridos como lo hacemos a nuestras redes sociales, mantengamos un ojo abierto a cualquier cambio en sus actitudes: si de repente se ponen distantes, si dejan de asistir a planes y a responder tus mensajes cuando usualmente son los primeros en aceptar cualquier invitación, si dejan de hacer las cosas que sabes que le alegran, si están atravesando cualquier cambio drástico que pueda desencadenar pensamientos negativos.
Si en algún momento identificas alguno de estos signos en tu círculo familiar, amigos e inclusive en tu vecino o personas más lejanas, no lo tomes a la ligera, en su lugar muestra empatía e inicia una conversación con ellos que podría, literalmente, salvarles la vida. Y recuerda, los debes y los tienes son solo para uno mismo y todo depende si te ayudan a expandirte.
¿Te identificas con esto? No dudes en buscar apoyo, sígueme en la página web oficial y en redes sociales como @saskiamentorcoach para más información o dirígete a la red de apoyo más cercana. También tienes a tu disposición las líneas de apoyo del MINSA que cuenta con un protocolo de atención en salud mental y prevención del suicidio en la línea de apoyo psicológico al 169 y en el Instituto Nacional de Salud Mental al 512-6800.
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