Una investigación en Japón revela que los adultos mayores con mascotas tienen menor riesgo de desarrollar una discapacidad en la vejez.
Una buena noticia para quienes tienen miembros de cuatro patas en sus familias. Una investigación de Estudios Ambientales desarrollada en Japón revela que aquellos adultos mayores con una mascota en su vida tienen la mitad de probabilidades de desarrollar una discapacidad en la vejez. En efecto, los adultos mayores con un perro en su vida tienen un riesgo mucho menor de discapacidades cognitivas y físicas. No obstante, no disfrutan del mismo beneficio quienes tengan un gato, curioso.
Los dueños de un perro tienen un riesgo mucho menor de discapacidad en la vejez, no obstante, el beneficio se pierde si no paseas a tu perro, o participas en otro ejercicio, más de una vez por semana. Así lo afirma Yu Taniguchi, del Instituto Nacional de Estudios Ambientales en Tsukuba en Japón, cuyo estudio sondeó a unas 11.000 personas de entre 65 y 84 años dueñas de un gato o un perro.
El estudio rastreó el inicio de la discapacidad cognitiva y física en los participantes durante 3,5 años entre 2016 y 2020. Fue entonces como descubrieron que los dueños de perros que hacían ejercicio más de una vez a la semana tenían alrededor de la mitad de probabilidades de desarrollar una discapacidad en comparación con aquellas personas que nunca habían tenido un perro.
Se obtuvieron estos resultados incluso al incluir la edad, el sexo, los ingresos y factores de salud como fumar, dieta y enfermedad cardiovascular.
“Pasear perros es una actividad física de intensidad moderada que parece tener un efecto protector en la reducción del riesgo de aparición de discapacidad”.
afirma Yu Taniguchi, del Instituto Nacional de Estudios Ambientales en Tsukuba.
El equipo de Estudios Ambientales de Tsukuba nos revela que los hallazgos podrían ayudar a guiar los esfuerzos para promover un “mejor envejecimiento”, y sugirió que una investigación futura al respecto, podría examinar las formas físicas y mentales en que tener un perro podría reducir el riesgo de discapacidad, o examinar la asociación entre tener un perro y el riesgo de discapacidad en otros países.
Ya se tenía, de investigaciones previas, el hallazgo de que las personas mayores japonesas que tenían perros tenían un menor riesgo de fragilidad, y otra investigación ha demostrado que la fragilidad aumenta significativamente el riesgo de discapacidad futura.
FUENTE: La Cara Buena del Mundo.
