La adrenalina es un fuerte supresor de la respuesta inmune en el estrés crónico.
Estrés, estrés, estrés, palabra que está en boca del planeta en estos momentos significativos que vive la humanidad; sin embargo, ¿estamos conscientes del impacto que representa para el sistema inmune, y por lo tanto para la salud, un estrés crónico que se vive con depresión, tristeza, desesperanza y miedo, como el que estamos viviendo en estos momentos?. Este es el tema de la presente crónica.
Hans Seley (1907-1982), acuñó el término estrés y fue el primero en demostrar la conexión que existía entre estrés y respuesta inmune, al notar que ratones sometidos a estrés presentaban timos más pequeños. Originalmente el estrés fue definido en términos biológicos como la reacción no específica del organismo a cualquier exigencia que se le haga.
Es normal y hasta deseable que los mamíferos superiores tengamos un sistema que nos permita dar una respuesta rápida y eficaz ante cualquier alteración del medio ambiente que ponga en peligro la sobrevivencia: la respuesta de lucha y huída.
Cuando hay que escoger entre luchar o huir, se producen cambios fisiológicos en el organismo, que preparan al individuo para dar esa respuesta, como aumento de la frecuencia cardiaca y respiratoria, dilatación de la pupila para ver mejor y redistribución del flujo sanguíneo hacia los músculos, entre otros. Cuando cesa el agente externo causante del estrés, el organismo regresa a su estado de equilibrio u homeostasis. Como tal, el estrés no es ni malo, ni bueno, es un mecanismo de respuesta ante una agresión del medio ambiente.
En la actualidad, las personas estamos sometidas a otro tipo de estrés que tiene que ver con aspectos emocionales, el cual produce los mismos cambios en el organismo, pero con el agravante de que permanecen en el tiempo. Las personas perciben que las circunstancias de la vida han superado su capacidad para enfrentarlas. Así que vamos a analizar cómo el estrés modifica la respuesta inmune.
El estrés modifica la respuesta inmune
Cuando un individuo sufre un estrés emocional, éste puede ser procesado por una vía neuroendocrina, a nivel de la corteza cerebral en el sistema límbico, lo cual activa el eje Hipotálamo-Pituitaria-Adrenal con producción de diversas hormonas, entre ellas la ACTH, la cual estimula en las glándulas suprarrenales la producción de los glucocorticoides, entre ellos el cortisol.
Todos los experimentos hechos in vivo o in vitro demuestran que en presencia de cortisol hay supresión de la respuesta inmune. Los deprimidos crónicos cursan con altos niveles de esta hormona y se enferman más de enfermedades infecciosas y también de cáncer. En respuesta a un estrés físico, se producen catecolaminas (adrenalina y noradrenalina) por la vía autonómica, la vía eléctrica.
La adrenalina también es un fuerte supresor de la respuesta inmune en el estrés crónico. Este es el tipo de estrés que padecen los ejecutivos, los corredores de bolsa o las personas altamente competitivas.
Investigaciones realizadas por los Dres. Janine Kiecolt y Ronald Glaser en la Universidad de Ohio en Estados Unidos, han demostrado, sin lugar a dudas, el efecto del estrés crónico en la respuesta inmune. Ellos evaluaron grupos de personas con diversos tipo de estrés crónico: viudos, personas en proceso de separación y divorcio, familiares de pacientes con Alzheimer (estrés familiar importante), pobre relación marital, estrés académico y laboral, así como el desempleo, la violencia y la inseguridad, situaciones todas ellas que pueden producir altos niveles de estrés.
Los resultados mostraron una profunda modificación de la respuesta inmune en prácticamente cada uno de los parámetros que fueron analizados: disminución de la actividad de las células NK, que tienen efecto antitumoral, de la función de células T que actúan contra microorganismos, de los niveles de IgA secretora en saliva que protegen contra infecciones respiratorias, acompañado de un aumento del cortisol plasmático, es decir, se produjo una supresión de la respuesta inmune.
En la próxima columna continuaremos explorando el tema del estrés y de cómo podemos prevenir sus efectos nocivos para la salud.
Marianela Castes
Marianela Castés es químico, egresada de la Universidad Central de Venezuela, en 1977 obtiene el Diploma en Inmunología avanzada en el Instituto Pasteur (París, Francia) y en 1978 realizó un doctorado en Ciencias Naturales, opción Inmunología, en la Universidad de París VII.
Es profesora titular – jubilada- y fundadora de la Cátedra de Inmunología de la Escuela de Medicina José María Vargas de la Universidad Central de Venezuela. Tuvo una brillante carrera como investigadora en el campo de la Inmunología y de la Psiconeuroinmunología; disciplina científica con la que entra en contacto luego de afrontar una enfermedad, que la llevó a investigar sobre la relación entre los eventos estresantes y la aparición de enfermedades de alto riesgo.
Marianela publicó más de 80 trabajos en revistas científicas internacionales, que le valieron diversos reconocimientos y premios. Además, ha sido profesora invitada del Instituto Pateur (Francia), de la Universidad Libre de Bruselas (Bélgica), de la Universidad de Cambridge (Inglaterra), de la Universidad Ricardo Palma (Perú) y de la Universidad Católica del Uruguay.
También es miembro de la Research Society of Psychoneuroimmunology (Estados Unidos), miembro honoraria de la Federación Latinoamericana de Psiconeuroinmunoendocrinología (FLAPNIE), asesora invitada de la Academia Nacional de Medicina, fundadora de la Sociedad Venezolana de Psiconeuroinmunología (SVPNI) y del Diplomado de Psiconeuroinmunología mediante educación a distancia, con la Universidad de los Andes.
Marianela ha participado como conferenciante internacional en el campo de la Psiconeuroinmunología y está considerada como una de las pioneras en el desarrollo de la PNI en Venezuela y Latinoamérica.
Actualmente Marianela dirige la Asociación Creando Salud y de MIA Evolution en Panamá.