Índice
La contingencia redefinió nuestro concepto del trabajo al llevarnos de las oficinas al hogar. En la era del home office es conveniente ejercitar el liderazgo virtual.
Antes del aprieto en que nos metió la pandemia por Covid-19, ya existía el trabajo virtual, con sus ventajas y desventajas. La contingencia vino a redefinir nuestra concepción del trabajo y ahora la gente no quiere volver a la oficina si puede seguir siendo productiva desde la comodidad del hogar. El trabajador de los tiempos post-pandemia es tan comprometido desde su home office como lo es en su oficina gracias a un astuto liderazgo virtual.
Estos tiempos requieren de ejercitar el mejor liderazgo virtual posible, una prioridad clave para cumplir con las obligaciones, perseguir las metas organizacionales e inspirar a un equipo a la distancia. Actualmente, la virtualidad ha eliminado las interacciones informales que fomentan las relaciones interpersonales por lo que la actividad se concentra en la tarea a realizar.
Las condiciones del trabajo a distancia pueden mover a los líderes a ser más directivos y depender en exceso de la estructura para supervisar y controlar.
La ironía es que este enfoque directivo es contrario a lo que se necesita para un liderazgo virtual eficaz. Es más importante que los líderes virtuales empoderen a los empleados y promuevan el autoliderazgo.

También podría interesarte: Buenas prácticas para el trabajo remoto.
Un estudio reciente que examinó 3.909 equipos en variados trabajos demostró que el liderazgo participativo, centrado en las relaciones, de empoderamiento es el que predice mejor el rendimiento de los equipos virtuales por encima del liderazgo directivo centrado en las tareas, sobre todo en equipos grandes. Esto es así porque el liderazgo centrado en las relaciones aprovecha las ventajas del trabajo virtual.
Los líderes del mundo laboral hoy se enfrentan a retos como la falta de cohesión en los equipos de trabajo, la escasa visibilidad de la situación laboral, la falta del compromiso y la confianza del equipo o la sensación de aislamiento, factores que minan el logro de las metas laborales. Hemos tenido a bien replicarte algunos consejos que podrían serte de utilidad para fortalecer el liderazgo virtual.
1. Delega responsabilidades y dota de poder a tu equipo
El liderazgo virtual no admite la microgestión por lo que te aconsejamos delegar las responsabilidades en los miembros del equipo y permitirles gestionar su propio rendimiento. Los líderes temen ser prescindibles y subestiman la capacidad de los miembros del equipo para dirigir cuando es necesario dificultando la eficacia del equipo virtual. Delegar indica que se confía en las competencias del equipo promoviendo relaciones más fuertes y de confianza.
2. Comprueba sin microgestionar
Los miembros del equipo necesitan ser conscientes de que el líder se ocupa de su bienestar y permanece ahí para apoyarlos. Por esto, te aconsejamos que compruebes regularmente y animes a los miembros del equipo a mantener a todos informados de sus actividades y de cualquier problema.
Así se formará un entorno de confianza, compromiso y una fuerte identidad de equipo. La meta es enviar el mensaje de que quieres ayudar sin microgestionar.
3. Pon los resultados en el centro
La recomendación aquí es evaluar a los empleados por los resultados de su trabajo y no por cómo, cuándo y desde dónde producen esos resultados. Los colaboradores valoran la autonomía que les proporciona el trabajo virtual porque les da una enorme flexibilidad para equilibrar su vida personal y profesional. Conviene confiar en el equipo para que trabaje de la forma que prefiera, siempre que consiga los resultados deseados.
4. Permite a la gente que hable y te llame la atención.
Los conocedores afirman que crear un espacio para que los miembros del equipo hablen y, si es necesario, le llamen la atención, permite al líder mantenerse honesto, equilibrado y con los pies en la tierra. Este comportamiento es aún más crítico en los entornos virtuales, en los que la gente ofrece su opinión con menos facilidad. Una opinión es posible que no se produzca a menos que los líderes hagan un esfuerzo especial para solicitarlas.
5. Supera el deseo de controlar
Si el líder no está dispuesto a renunciar a la ilusión del control, no habrá consejo que le sea útil ni práctica que mejore su rendimiento. El liderazgo virtual requiere de este desapego, de modo que si te resulta difícil dejar ir el control, tómate un tiempo para reflexionar.
Los empleados saben cuándo los líderes están comprobando por preocupación genuina y cuándo están utilizando esa comprobación como medio de control.
6. Una mano de terciopelo en vez de un puño de hierro
El contacto diario cara a cara se echa en falta en estos tiempos y valerse de éste para ejercer el liderazgo es una práctica normal y perfectamente comprensible dada la supervisión y dirección que permite. El líder puede sentir el deseo del control que han perdido. No obstante esto, las investigaciones demuestran que los empleados pueden ser igual de productivos trabajando a distancia que en la oficina.
La única constante en el universo es el cambio y nuestro deber es aceptarlo y adaptarnos. Adaptarse a las nuevas actitudes y dinámicas de trabajo no será fácil, pero con empatía y respeto, se hace posible.
FUENTE: Expok.
Impacto Positivo
Somos Impacto Positivo es una plataforma creada con el propósito de inspirar y orientar a nuestros lectores a mejorar sus estilos de vida.