La neurociencia explica que siempre se puede aprender algo nuevo.
¿Alguna vez has sentido curiosidad, por saber cómo se realiza la adquisición de conocimientos o aprendizaje en el cerebro? Entonces éste artículo te interesa.
Primero vamos a recordar que el cerebro está formado por 100 billones de pequeñas células nerviosas llamadas neuronas. Además cada neurona tiene entre 1.000 y 10.000 sinapsis, es decir, lugares donde conectan con otras neuronas. La capacidad de expansión y de conexión del cerebro es casi infinita. Las neuronas usan estas conexiones para formar redes entre ellas, que se llaman neuro-redes y cada neuro-red representa un pensamiento, una memoria, una pieza de información, una habilidad. Estas neuro-redes a su vez están interconectadas entre sí, y esto es lo que crea ideas más complejas, memorias y emociones.
La idea de mango, por ejemplo, necesita una neuro-red, en la cual está implícita, el tamaño, la forma, los diferentes colores y sabores de esta fruta, así como las emociones asociadas al comerla. Cada vez que me como un mango, no puedo dejar de conectarme con mi experiencia infantil placentera, la cual comenzaba con tumbar los mangos de los árboles de mi colegio, hasta con el flautín que una vez se quedó atascado en una rama, seguido del escondite donde saboreábamos a plenitud aquellos riquísimos mangos de hilacha, seguido de las consabidas manchas en el uniforme que enseguida delataban nuestra travesura.
Un aspecto muy importante de esta comunicación es que las células nerviosas que se activan juntas, se conectan y permanecen juntas. Cuando uno práctica un comportamiento muchas veces, las células nerviosas desarrollan una conexión muy fuerte, haciéndose más fácil activar esa red (detenerse cuando el semáforo está en rojo) lo cual es muy ventajoso para el aprendizaje, pero hace difícil el cambio de comportamiento.
Sin embargo, cada vez que interrumpimos el proceso físico o mental reflejado en una neuro-red, las células nerviosas y grupos de células que están conectadas unas a otras empiezan a romper su relación. Las neuronas que van quedando libres de su anterior conexión, pueden ahora unirse a nuevas redes, cambiando viejos patrones y potencialmente formando nuevos comportamientos.
Aún “con edad” se aprende
Por esta razón examinar ideas y creencias fundamentales es una experiencia de cambio de vida. La neurociencia ha dado origen al concepto de neuroplasticidad, que no es otra cosa que la habilidad natural del cerebro para formar nuevas conexiones. Antes por ejemplo, se decía, que loro viejo no aprende a hablar, y que sólo se aprendía cuando se era joven, pues bien, felicítense los adultos contemporáneos, y hasta los más mayorcitos, porque esto no es cierto. Hoy en día sabemos que el cerebro no sólo es plástico y maleable, sino que además es capaz de crear nuevas células, que es posible romper las conexiones del cerebro formadas en una neuro-red, cambiar hábitos y ganar libertad. En la práctica, podemos aprender nuevos comportamientos, nuevas formas de pensar y no estamos destinados a seguir repitiendo patrones de conducta tóxicos y dañinos para nuestra salud física, mental o emocional.
No tenemos porqué quedarnos conectados a aquellas falsas creencias transmitidas en nuestra infancia: “no sirves para nada”, “que bruto eres, no podrás estudiar”, “eres antipática, te quedarás sola”. Por el contrario, hoy en día en la neurociencia encuentras posibilidades para el cambio y en tu biología tienes a tu mejor aliado.
Marianela Castes
Marianela Castés es químico, egresada de la Universidad Central de Venezuela, en 1977 obtiene el Diploma en Inmunología avanzada en el Instituto Pasteur (París, Francia) y en 1978 realizó un doctorado en Ciencias Naturales, opción Inmunología, en la Universidad de París VII.
Es profesora titular – jubilada- y fundadora de la Cátedra de Inmunología de la Escuela de Medicina José María Vargas de la Universidad Central de Venezuela. Tuvo una brillante carrera como investigadora en el campo de la Inmunología y de la Psiconeuroinmunología; disciplina científica con la que entra en contacto luego de afrontar una enfermedad, que la llevó a investigar sobre la relación entre los eventos estresantes y la aparición de enfermedades de alto riesgo.
Marianela publicó más de 80 trabajos en revistas científicas internacionales, que le valieron diversos reconocimientos y premios. Además, ha sido profesora invitada del Instituto Pateur (Francia), de la Universidad Libre de Bruselas (Bélgica), de la Universidad de Cambridge (Inglaterra), de la Universidad Ricardo Palma (Perú) y de la Universidad Católica del Uruguay.
También es miembro de la Research Society of Psychoneuroimmunology (Estados Unidos), miembro honoraria de la Federación Latinoamericana de Psiconeuroinmunoendocrinología (FLAPNIE), asesora invitada de la Academia Nacional de Medicina, fundadora de la Sociedad Venezolana de Psiconeuroinmunología (SVPNI) y del Diplomado de Psiconeuroinmunología mediante educación a distancia, con la Universidad de los Andes.
Marianela ha participado como conferenciante internacional en el campo de la Psiconeuroinmunología y está considerada como una de las pioneras en el desarrollo de la PNI en Venezuela y Latinoamérica.
Actualmente Marianela dirige la Asociación Creando Salud y de MIA Evolution en Panamá.