Puede que estés sintiendo que tienes que hacer muchas cosas, pero deber priorizar para lograr tus metas.
En mis stories publiqué algo que resonó con muchas de ustedes, una frase que siempre trato de recordar y que me da mucho consuelo: ”puedes hacer muchas cosas, pero no puedes hacerlo todo”.
¿Cuántas nos estamos sintiendo requete cargadas de obligaciones y tareas en este tiempo? Se que muchas hemos estado haciendo ajustes o encarando más tareas de las que teníamos y todo esto aumenta nuestros niveles de estrés y ansiedad.
Quizás nuestro perfeccionismo ha venido a decirnos que estamos fallando en esto o en aquello, que algo de las doce mil quinientas cosas que tenemos que hacer se está cayendo. Y por eso te escribo, porque yo me he sentido igual y he decidido recurrir a la valentía de no ser perfecta. Si hay algo que nos detiene en el camino de la valentía es la perfección. Y las mujeres estamos entrenadas para ser perfectas.
Hoy quiero compartirte algunos tips que te ayudarán a deshacerte del monstruo de la perfección y de esa forma ganar la valentía que necesitas para encarar todos tus roles con coraje y resiliencia.
1. No tienes que hacer todo, define qué es lo verdaderamente importante
Cuando le das la misma prioridad a todo, todo te agobia. Haz una lista de lo que es verdaderamente imprescindible e importante, así como una lista de las cosas que pueden esperar. Eso te ayudará a manejar mejor el estrés.
2. Delega
Habla con tu pareja, tus hijos o demás miembros de la familia y asigna tareas porque no tienes que hacer todo tú sola. Trata de ser muy precisa y clara.
A veces asumimos que la gente sabe lo que debe o no debe hacer y luego nos enfadamos porque nuestras expectativas no están siendo satisfechas. Pero si no somos asertivas, hablamos claro y majamos expectativas, cualquier cosa que asumamos es leña para la fogata de nuestra ansiedad. Asumir es un gran error.
3. Date permiso para cometer errores
Todos estamos programados para cometer errores, es parte de ser humano; pero muchas de nosotras, cuando fallamos en lo más mínimo, nos echamos todas las culpas del mundo y nos auto castigamos con fuerza. Date el permiso de cometer errores y no seas tan dura contigo misma.
Si algo que intentaste no salió bien, perdónate con amor, aprende del error e inténtalo nuevamente. No te quedes en el plan víctima, culpándote que te todo lo haces mal. ¡Eso no es verdad!
No ser perfeccionista no es sinónimo de ser mediocre. No ser perfeccionista significa que eres humana, y que eres lo suficientemente HUMILDE para aprender de tus errores, pedir ayuda y no pretender hacerlo todo.
Espero que esto te haya ayudado. Envíame un email y déjame saber si a ti también te ha estado atacando el monstruo del perfeccionismo. Mi misión de VIDA es ayudar a mujeres a ganar la valentía que necesitan para darle vida a sus sueños; por eso me hace ilusión poder hacerlo con el contenido que te comparto.
Te mando un gran abrazo,
Jess