Te sorprendería saber la cantidad de mitos en relación a esta práctica milenaria, que vista desde la perspectiva de ser un estilo de vida, puede transformar profundamente tu práctica de yoga desde casa.
El yoga es unión. Va más allá de una postura compleja. No se limita a lo ejecutado en dos metros de mat durante una hora de clases. ¡Va contigo!
El yoga 24/7 te saca de la superficie, te reconecta con lo esencial y te permite vivir con presencia y maestría desde el templo que es tu hogar.
Las dinámicas mundiales por pandemia y que han impactado directamente nuestros estilos de vida, (haciéndonos pasar mayor tiempo en casa), nos llevan ahora con mayor necesidad a integrar esta perspectiva que, aunque siempre ha existido, no siempre se ha comprendido.
Entenderla abre una puerta de desahogo para ese flagelo que es el stress. ¡Pues sí! El yoga es una excelente propuesta para gestionarlo. Y… ¿Quién no se ha sentido estresado en este escenario de incertidumbre y de miedo inoculado por doquier?
Mi experiencia en más de diez años de contacto con esta forma yóguica de vida, me ha permitido constatar la posibilidad de abordar los tres niveles de afectación del stress y que son también las tres dimensiones en que trabaja el yoga: cuerpo, mente y espíritu.
Lo que el practicante subestima sobre el YOGA
Lo curioso es que, aun cuando el practicante logra apreciar las bondades del yoga y sentirse mejor después de una sesión, éste no se da cuenta de que muchas veces permanece en la superficie. El alumno verbaliza: “necesito ir a clase de yoga”. Es visto entonces como un medio de escape ante el stress cotidiano.
Entender el yoga como “ir a una clase” es perderse la mejor parte de la película. Es dejar a un lado la posibilidad de vivir en conexión, en presencia y de potenciar tu vida.
Si algo deseo que puedas guardar en tu corazón hoy que me lees, es que el yoga no se limita a un espacio (un shala o escuela), a un profesor, a un par de horas de clases o a una esterilla grabada con una marca deportiva comercial. Allí solo recibes técnicas y estrategias. Lo que hará del Yoga un regalo (y créeme que lo es), depende de ti y de la conciencia con la que lo uses.
Ya sea que hagas clases gratuitas o que estés haciendo un intercambio monetario por ese servicio. Lo que estás recibiendo, si lo observas como lo que realmente es: ¡Es invaluable! Te preguntarás ¿Y eso por qué?
La respuesta es que estás recibiendo un conocimiento sagrado que puedes usar en cada momento de tu vida, desde donde quiera que estés, para vivir en congruencia: lo que piensas, lo que dices, lo que sientes y lo que haces en correcta alineación.
Estás recibiendo un conocimiento poderoso para vivir en bienestar: físico y mental. Deteniendo la tendencia mental a ir en tu propia contra y dándole a tu cuerpo fortaleza, elasticidad y equilibrio.
Estás recibiendo un conocimiento sublime y hermoso para vivir conectado a tu fuente. En unión con lo que Dios representa para ti.
Esto si se acerca mucho más al yoga en contraparte a ese mito generalizado de ser un medio para lograr pararse de cabeza. Y pararse de cabeza no tiene nada de despreciable. Tiene potentes beneficios también. Pero no todos pueden hacerlo. El yoga es para todos. El yoga es mucho más que eso.
Hablemos de MEDITACIÓN: La técnica por excelencia del YOGA
El título de este artículo guarda en sí mismo mi intención genuina de mostrarte una vía para que puedas vivir honrándote como el ser magnífico que eres. ¿Cómo?: Redimensionando la práctica y viviendo el yoga desde casa.
Ha llegado el tiempo de darle realmente sentido a esa trillada expresión de “sacar el yoga del mat”, de la que tanto se habla pero que a veces no se aterriza de forma concreta para que puedas realmente vivir en yoga. Vivir en comunión con el todo. Vivir como yo llamo: el encuentro contigo. Y que de una vez por todas el yoga deje de ser un escape, una moda o una adicción.
Para poder llegar a este punto, la meditación es un ingrediente que no puede faltar. Y aunque es la técnica suprema del yoga, no es siempre la más cultivada. La meditación también está repleta de mitos. Se asocia a poner mente en blanco, a religión, a estar sentados en absoluta quietud o a estar reservada a personas experimentadas o elegidas. ¡Qué gran mentira!
Tu y yo podemos meditar de muchas formas. De tantas, que cada vez que pienso en ello, mayor brillo toma la expresión que usaba mi primera profesora de yoga, Amarelys García, de hacer de la vida una eterna meditación.
Podemos meditar en movimiento. Al ducharnos, al hacer deporte, al bailar, etc. El ejercicio de la atención plena. El estar realmente presente, es posible en cada acción cotidiana.
Puede que nunca hagas una postura física, pero si sólo meditas, ya allí estás haciendo yoga desde casa. Y si estás meditando, la respiración consciente es la base. Y si respiras conscientemente, tu vida tiene posibilidad de expandirse, sanarse y transformarse. ¿No te parece hermoso?
Swami Maitreyananda, maestro del Yoga Integral, método en el cual estoy formado, dice sabiamente: quien no medita, en algún momento requerirá de algún psicofármaco o forma de adicción para aquietar los procesos mentales.
Reflexiona sobre lo anterior en este escenario de pandemia. Cuántas personas actualmente están atravesando un caos mental y emocional severo y usando de soporte la televisión, las redes sociales, el cigarrillo, el alcohol, la violencia o una pastilla para drenar el stress. ¿A dónde nos lleva esto como sociedad?
No deseo que te quedes con este sabor amargo. Sólo que puedas ver la gran foto de esta situación. Ahora vayamos a la práctica. A la verdadera práctica de yoga en casa. Comencemos un camino de fortalecimiento, de bienestar y de armonía.
Hace cinco años nació la comunidad de @armoniaconlimom, fundada junto a mi esposa, quien también es instructora del área. Ambos logramos gestionar el stress en momentos de mucha oscuridad y darle un giro de 180 grados a nuestra existencia a través del yoga como estilo de vida. Y desde nuestra experiencia creamos un espacio donde acompañamos a otros en este camino de despertar y de vivir desde el bienestar integral.
Desde este propósito de retribuir lo que en un momento recibimos y nos ha funcionado, te comparto con especial amor 7 claves para vivir en yoga desde casa.
Siete Claves para redimensionar la práctica. Vivir el YOGA desde casa.
- Un amanecer distinto: saltar de la cama con el despertador no es la forma de comenzar un día grandioso. Programa desde la noche anterior despertar 10 minutos antes de lo habitual.
Al abrir tus ojos recorre mentalmente tu cuerpo y agradece por cada órgano y estructura que te componen. Inicia una lubricación articular. Dale movimiento curvo a cada articulación: cuello, hombros, codos, muñecas, caderas, rodillas y tobillos.
Después, siéntate en la cama. Dibuja una gran sonrisa y quédate en silencio mientras con tus manos te aplicas un automasaje libre, por el rostro u otras partes que necesites conectar a esa expresión de autocuido.
- Cepilla tus dientes desde el amor propio: siempre lo digo, sin tiempo para cepillarte no hay concepto sano de amor hacia ti. Si no tienes 2 minutos de tu vida para estar presente y efectuar adecuadamente el cuido de un área fundamental de tu salud ¿cómo lo harás con cosas más trascendentales?
Convierte el cepillado dental en una meditación. Respira. Eso lo decía mi colega de Respira&Medita: Alix Jiménez. Siente la frescura de la pasta dental, percibe el roce del cepillo dentro de tu boca, observa cada diente. Habítate.
Traspola a cada actividad de tu día: al doblar la ropa, al tender tu cama, al bañarte, al limpiar, en una conversación.
Trae a tu mente con amor y con todos tus sentidos, todo lo que estás haciendo, enfócate. Si te dispersas, vuelve cuantas veces requieras, sin juicio, invítate a ti mismo a estar allí en lo que haces, invita a tu mente, dile: “acompáñame a …”.
- Atención plena al comer: el mindfullness tiene una meditación del chocolate. Yo la hago con cualquier alimento y le agrego una previa bendición (di lo que nazca de tu corazón) para romper con el sufrimiento implícito en la comida que llevas a tu mesa. Explora tus alimentos mientras respiras.
Percibe con cautela el aroma, la textura, los sabores y hasta los sonidos cuando los cortas o muerdes. Mastica lentamente. Deja tu cubierto a un lado antes de pasar a un siguiente bocado para que estés plenamente consciente y atento del que tienes en tu boca.
- Crea tus rituales personales: que cada actividad en casa esté envuelta en gracia y belleza. Por ejemplo, yo ahorita mientras te escribo acondicioné y limpié el espacio: coloqué unos aceites esenciales cítricos en mi difusor de aromas y me preparé una bebida especial para darle un toque distinto a este sagrado momento.
Explora tu creatividad. Puedes colocar música edificante o mantras, encender una vela, ubicarte en un lugar especial de la casa, tener cerca la foto de alguien que te inspire, sonreír. Es tu vida, cada acción consiente es como una siembra que dará frutos ¿Qué quieres cosechar?
- Diariamente efectúa una meditación pasiva guiada. En este enlace te obsequio especialmente una y que he denominado “la meditación de la gota de agua”. Vamos a fluir y a liberar miedos, apegos y toxinas.
- Las pausas sagradas: Efectúa a cada hora pausas activas, aunque sea de un minuto, ojalá un poco más. Baja el ritmo y detén si es posible la actividad que ejecutas.
Cierra los ojos si eso no implica peligro y disponte simplemente a seguir el recorrido del aire a través de tus vías respiratorias. Estírate un poco, ejecuta alguna postura sencilla de yogaterapia (aquí te dejo una de efecto analgésico para liberar te tensión la espalda) o camina sintiendo las plantas y dedos de los pies con cada amable paso.
Esto lo puedes sustituir por una pausa especial al mediodía, en el tiempo de transición que en este mundo de yoga se conoce como “vishnu sandhya”, un tiempo particular de transición energética.
Adopta esto como un hábito diario para hacer un quiebre energético a mitad de día. Allí puedes respirar, meditar, hacer un acto de gratitud, reflexionar sobre lo que va de día y reenfocarte, marcar nuevos objetivos o retomar la intención para un día grandioso y que hayas podido olvidar por algún desafío.
- Previo a cada actividad a la que vayas a incorporarte en casa pregúntate: ¿Puedo invitar a mi versión más amorosa y consciente a esta acción? Utiliza una palabra positiva de poder o colócale un propósito a la actividad. Suelta la expectativa del resultado. Más allá que se cumpla o no a lo que te proyectaste, se trata de disfrutar el proceso y rescatar la importancia sobre el tipo de persona en la que te conviertes mientras esperas el mejor resultado posible de todo.
Evita colocar etiquetas de “bueno” o “malo” al resultado. Es sólo una experiencia. Y como tal, encierra para ti un aprendizaje, aunque de entrada no puedas verlo.
Recuerda que la luz de tu SER es capaz de disipar hasta la más densa oscuridad. Vamos a brillar y a vivir en YOGA desde casa.
Me despido deseando que estas recomendaciones sean como una #LimonadaConscienteParaTi.