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Respyre, una startup de Países Bajos, introduce un material alternativo para la construcción, un “cemento de musgo” ecoamigable para edificaciones verticales.
Respyre, una startup emplazada en Delft, Holanda Meridional (Países Bajos), cuyo modelo de negocio amalgama la ciencia de los materiales y la biología, se propone transformar la industria de la construcción, introduciendo su innovador cemento de musgo, un material biorreceptivo, funcional y estético.
La startup ofrece la posibilidad de revivir las estériles ciudad del mundo, haciendo un lugar para la naturaleza, integrando vegetación autosuficiente.
El cemento de musgo es un hormigón bio-receptor que estimula el crecimiento del musgo; resulta un producto innovador resultado del trabajo conjunto entre la startup y otras entidades como AMS Institute, WUR y TU Delft. El material ha sido puesto en uso exitosamente y ya está sanando la zona vecinal de Marineterrein Amsterdam, recubriendo la fachada del ala de Ingeniería y Física de la Universidad Técnica de Delft.
“Queremos hacer que las ciudades respiren porque en este momento se están asfixiando. Vi algunas paredes vacías y pensé ‘¿y si pudiéramos cubrir esto con musgo?‘ Mi conocimiento en ese entonces era que el musgo podía atrapar C02 y que se veía bien. Entonces así fue como empezó”.
dice Mark de Kruijff, fundador y CEO de Respyre.
Respyre, en labores ininterrumpidas desde 2020, espera naturalizar el uso del cemento de musgo en las ciudades ya transformar las superficies desnudas y frías en superficies “vivas” cubiertas de musgo y vitalidad. Se enriquece la ciudad, las estructuras respiran, el espacio se llena de verdor, los ciudadanos gozan del acogedor espacio y el ambiente gana. Una relación ganar-ganar.
Una naturaleza versátil
El cemento de musgo funciona adhiriéndose a las superficies con rizoides, pequeños pelos fijantes, que no comprometen la integridad estructural de las paredes. Así, los nutrientes que absorbe el musgo provienen casi todos del aire circundante y del agua que se precipita.
El musgo actúa como una esponja y puede contener hasta cinco litros de agua por metro cuadrado, promoviendo la ventilación. Cuando el agua se evapora, la temperatura exterior se enfría durante las inclementes olas de calor.
Un toque de vegetación en los entornos urbanos, acerca el capital natural de los servicios ecosistémicos de las capas de musgo a los beneficios espontáneos, libres de mantenimiento y rentables a las ciudades. El cemento de musgo propone un “cambio de juego” de enorme potencial. Si las pruebas de hormigón biorreceptivo demuestran resultados efectivos, el impacto promete replicarse en los entornos industriales del mundo.
FUENTE: Instagram / GoRespyre / Innovation Origins / Living Labs.
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