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Incluso los creadores del innovador ChatGPT catalogan la acogida del mercado como “sorpresiva”. La herramienta está en camino de convertirse en un fenómeno social.
Cuando a finales de noviembre de 2022 OpenAI lanzó ChatGPT, sin apenas fanfarria, esta empresa de inteligencia artificial con sede en San Francisco (EE UU) tenía pocas expectativas. Nadie dentro de OpenAI estaba preparado para su megaéxito viral. Desde entonces, la compañía se las ingenia para seguir el ritmo de crecimiento de su herramienta y capitalizar su éxito con eficiencia.
Internamente lo consideraron un “adelanto de la investigación“, según Sandhini Agarwal, dedicado a estrategia dentro de OpenAI. Ya que era una versión más pulida de otra tecnología que tenía dos años y, lo que es más importante, un intento de resolver algunos problemas de sus defectos, recogiendo comentarios del usuario.
“No queríamos alabarlo en exceso como un gran avance fundamental”.
afirma Liam Fedus, científico de OpenAI.
A la fecha, OpenAI sigue desconcertado por el éxito de la que es ya una de las aplicaciones en línea más populares del mundo, utilizada ampliamente por millones de personas en la solución de variedad de problemas de diversas áreas del conocimiento, ello sobre todo debido a que apenas hace seis meses seguían trabajando en actualizaciones finales ChatGPT.
OpenAI también firmó un acuerdo multimillonario con Microsoft y anunció una alianza con Bain, consultora de gestión global que utilizará los modelos de IA generativa de la empresa en campañas de marketing para sus clientes, incluida Coca-Cola.
El alboroto sobre ChatGPT ha desencadenado otra fiebre del oro en torno a los grandes modelos de lenguaje, con empresas e inversores de todo el mundo uniéndose a la carrera. Todo esto en un transcurso de 3 meses.
El chatbot más popular
Para el diseño del ChatGPT se utilizó una técnica llamada entrenamiento antagónico para evitar la práctica del jailbreaking, esto es, cuando los usuarios engañan al bot para alterar su comportamiento. El entrenamiento enfrenta los chatbots entre sí para desafiar las restricciones habituales y crear respuestas no deseadas que sirvan como nueva data para el aprendizaje del chatbot.
El uso de esta técnica buscaba mejorar un gran modelo de lenguaje con tendencia a responder lo que quiera, enseñándole qué tipo de respuestas prefieren los usuarios.
Parte de la sorpresa del equipo viene del hecho de que la mayoría de la tecnología dentro de ChatGPT no es nueva, pues se construyó sobre una versión previa de GPT-3.5, una familia de modelos de lenguaje lanzada meses antes, la cual es, a su vez una versión actualizada de GPT-3, que data del año 2020.
La empresa pone a disposición ambos modelos en su web como interfaces de programación de aplicaciones (API), facilitando a otros desarrolladores de software la inserción de modelos en su propio código. Para enero de 2022, OpenAI también lanzó una versión anterior mejorada de GPT-3.5, llamada InstructGPT. Pero ninguna de estas versiones tecnológicas anteriores se había lanzado al público general, ChatGPT fue la primera en ser conocida, propagada y el resto, es historia.
Ahora que decenas de millones de usuarios utilizan el ChatGPT, sus creadores se han dado la oportunidad de analizar cómo funciona un gran modelo de lenguaje cuando tiene un uso masivo, que pruebe sus límites y encuentre sus fallos. El equipo ha tratado de aprovechar los ejemplos más problemáticos que ChatGPT puede producir, desde canciones sobre el amor de Dios hasta el código de malware para estafas informáticas y, de este modo, controlar futuras versiones del modelo.
“Ha sido emocionante ver las aplicaciones tan diversas y creativas de los usuarios, pero siempre nos enfocamos en las áreas de mejora. Creemos que, a través de un proceso iterativo donde recibimos comentarios e implementamos las mejoras, podemos producir una tecnología más alineada y capaz. A medida que nuestra tecnología evoluciona, inevitablemente surgen nuevos problemas”.
puntualiza Liam Fedus.
¿Has utilizado ya el ChatGPT? Te invitamos a visitarlo aquí y hacer la prueba.
FUENTE: MIT.
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