Una cultura de bienestar en el ambiente laboral es determinante en el logro de las metas. Promueve el bienestar con estas 5 prácticas.
Un ambiente laboral en el que cunda una cultura de bienestar es uno en el que el recurso humano está motivado, conforme y más enfocado con las metas de la organización. Una cultura de paz y bienestar es un activo invaluable de toda empresa y es necesario trabajar para construirla. No llega porque sí. Se trabaja de forma intencional. Promover el bienestar implica liderar con la práctica y trabajar estrechamente en equipo.
De la actividad administrativa de ONGs, empresas sociales y fundaciones han surgido enseñanzas que han contribuido con cultivar espacios seguros, que contribuyen a la cultura y al desempeño de los equipos y hoy te las compartimos para que puedas empezar a cimentar una cultura de bienestar.

1. Para una cultura de bienestar: Hablar
Si queremos promover una cultura de bienestar, hay que hablar de bienestar. Este concepto varía mucho de una a otra persona. Hablar sobre el tema nos permite entender qué necesita nuestro equipo y cómo definir unos lineamientos comunes en torno al concepto. Cuanto más se hable de bienestar en nuestra organización, y más visibilidad demos a las prácticas que queremos construir, menos ansiedad habrá en torno a ello.
Y recuerda que hablar empieza por…escuchar.
2. Respetar (o acortar) los horarios estrictos
Las largas jornadas de trabajo en las organizaciones de impacto social son un tema controvertido que ha motivado diversas iniciativas.
Por ejemplo, la emprendedora social Nancy Lublin creó los “Martes de Toto”: una divertida manera de instar a sus empleados a que, al sonar la famosa canción de Toto Africa los martes a las 4pm, terminaran su jornada laboral y se fueran de la oficina. Esto trajo positivos resultados a nivel de ánimos en el equipo y desempeño.
Otro caso notable se dio en la comunidad Azcend en donde el recurso humano experimentaba un peligroso agotamiento mental y emocional. A causa de la pandemia, habían multiplicado por 10 el número de personas a las que servían. Entendiendo que el bienestar es personal, Azcend decidió darle a sus colaboradores “Un Día de Bienestar” obligatorio en que el empleado debía documentar desde casa cómo construía su propia cultura de bienestar.
3. Empezar reuniones con un Check-in
Para propiciar una cultura de bienestar, es importante que el líder se interese por saber cómo está cada miembro de su equipo. Esto es lo que se llama un “check-in”. Tomarnos unos minutos al inicio de las reuniones semanales para hacer un check-in con cada miembro del equipo, prestando atención, es una poderosa herramienta de bienestar.
“En estos tiempos de disrupción y miedo, es más importante que nunca tener tiempo para una ronda de “check-in” para ver cómo está todo el mundo”
explica Beth Kanter, autora
Estos cortos momentos nos ayudan a mantenernos conectados como humanos y a forjar mejores relaciones, una necesidad imperiosa hoy más que nunca. Además, permite nombrar cualquier posible foco de distracción, neutralizarlo y seguir adelante con la reunión.
4. Moverse en equipo
Los paseos tienen un poderoso efecto en nuestro ánimo, relajan y estimulan la mente y, en consecuencia, mejoran nuestro trabajo. El beneficio no es sólo físico y mental, sino que trasciende hacía la creatividad y el bienestar. Así, los paseos deberían formar parte de una cultura de bienestar.
United Way de South Dakota lleva poniendo en práctica esta estrategia desde hace 10 años. Una campana que suena en la oficina dos veces al día indica a sus empleados que es momento para dar un paseo o se muevan.
A su vez, en la organización Hazon, se implementó “El Paseo de los Miércoles por la Tarde” que programa para todos los miércoles después de comer, un paseo de 20 minutos (durante horas laborales, no como parte de su hora de almuerzo). Hoy es todo un movimiento.
Estas iniciativas, además de ayudar a recordar la necesidad de movernos, rompe con el estigma de que “si no estás frente al ordenador, no eres un empleado responsable”.
5. Sesiones artísticas y juegos
Construir una cultura de bienestar puede lograrse con la práctica de las actividades menos pensadas. Se está valorando en gran medida el poder de estímulo del arte. En Azcend, los colaboradores pusieron en práctica sus dotes artísticas pintando un dibujo que compartirían con el equipo. El propósito no era hacer hacer bien el dibujo, sino pasar un buen rato compartiendo entre colegas en un ambiente diferente al diario.
En FCC Panamá durante los primeros momentos de la pandemia, surgió la idea de hacer una sesión recreativa al mes. Cada sesión le tocaba organizarla a un miembro del equipo.
Podía ser lo que cada quien quisiera, con la única regla de que no podía tener nada que ver con trabajo. El hecho de que fuera completamente en línea requirió de hacer un gran acopio de ingenio. Y el resultado fue genial, desde clases de zumba hasta dinámicas en vivo, que permitieron despejar mentes, conectar y reír.
Para crear una cultura de bienestar y potenciar la capacidad del personal, es necesario hacer del impacto social un objetivo organizacional más. Los casos de éxito vistos corresponden a organizaciones que han reconocido la importancia de, primero, crear impacto dentro de su equipo. Hay un sinfín de iniciativas que podemos hacer para promover una cultura de bienestar. Pon la creatividad al servicio de esta noble meta y te garantizamos el éxito.
FUENTE: Coimpacta.
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