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El Guayacán, el Cocobolo y el Almendro son considerados los árboles más absorbentes de Panamá, por su capacidad para la remoción de mayor cantidad de CO² del ambiente.
Panamá posee una condición especial en el mundo por ser “carbono negativo” gracias a su particular cobertura boscosa de 65.4%, equivalente a 4,925,789 hectáreas de bosques que bloquean las emisiones de gases de efecto invernadero liberadas en la atmósfera, secuestradas por sus árboles y almacenadas en la biomasa y en el suelo. Esta condición la poseen únicamente otros dos países en el mundo, Bután y Suriname.
De la amplia variedad de especies vegetales de su flora destacan el Guayacán (Tabebuia guayacán), el Cocobolo (Dalbergia retusa) y el Almendro (Dipteryx oleífera) como los árboles más absorbentes de Panamá, distribuidos en espacios forestales en los que captan naturalmente las emisiones de CO², contribuyendo en la lucha contra el cambio climático.

Se trata de árboles que poseen más densidad y crecen más despacio que el promedio, con madera más dura que, al asentarse, guarda mucho más carbono, a diferencia de los árboles que crecen más rápido, los “pioneros” cuya madera más suave fija menos carbono.
“Maderas poco densas como el Balso, pueden ser cargadas con bastante facilidad, por su poco peso; sin embargo, maderas más duras como el Cocobolo y otras, ofrecen mayor dificultad al ser transportadas por su gran peso…”
afirma Félix Magallón, ingeniero forestal del MiAmbiente.
Dadas las bondades de estas especies, se hace imperativa la necesidad de su conservación, considerando que la capacidad de remoción de las mismas aumenta conforme superan los 40 a 50 años. Además, el efecto se ve maximizado con la presencia de especies exóticas como pino o eucalipto que, aunque menos densos, secuestran Co² del ambiente durante su crecimiento, alcanzando un límite entre los 20 y 30 años.
Bosques diversos
Los árboles de maderas duras podrían utilizarse para reforestar espacios en los que enriquecer la diversidad de la flora e incrementar el potencial de fijación de carbono forestal, por ejemplo, en bosques secundarios. La diversidad en los bosques acelera su composición y estructura para dar forma a un paisaje más equilibrado y más beneficioso para el ambiente y para la comunidad.
Las tres especies de árboles más absorbentes de Panamá junto con otros árboles de madera pesada están ricamente distribuidos por el territorio nacional y en los bosques maduros hay entre un 20 a 25% de especies vegetales con gran densidad que fijan más carbono forestal. Los parques nacionales son el escenario perfecto en donde se pueden apreciar estos árboles.
Los árboles más absorbentes de Panamá
Árboles con alta densidad como estos pueden plantarse además en los patios espaciosos de las casas y los terrenos de las fincas debido a que las áreas abiertas les permiten alcanzar sus dimensiones totales con libertad. La presencia de estos árboles enriquece la flora y da forma a un ecosistema local que emula el ambiente de un bosque natural en el que también hay fijación de carbono forestal.
FUENTE: Estrella de Panamá.
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