Cáscaras de huevo y otros elementos químicos son necesarios para reducir la contaminación del río Santiago, uno de los más importantes, pero también inmensamente contaminado por metales pesados, de México.
La organización H2O realiza una campaña de recolección de cascarón de huevo en todo el occidental estado de Jalisco con la meta de recabar al menos cuatro toneladas de ese material orgánico capaz de limpiar el agua de contaminantes como el plomo y el mercurio, según explicó a EFE Bernardo Galán, delegado en Jalisco de esta organización civil.
La cáscara de huevo combinado con el óxido de magnesio y el óxido de calcio forman una mezcla que penetra en la tierra cercana al afluente y ayuda a eliminar tanto los restos de heces fecales como los metales pesados.
“En una zanja de un metro de ancho por 10 metros de profundidad vertemos nuestra mezcla físico-química y ahí se lleva a cabo el proceso. En temporal de lluvia se realiza la absorción de los metales y la recuperación de minerales”
Bernardo Galán, delegado en Jalisco de la organización ambiental

El activista dijo que hasta el 70% de la materia orgánica y hasta el 20% de los metales pesados y sus contaminantes pueden ser absorbidos.
En agosto, viajarán a las zonas cercanas al río Santiago en México para “sembrar” 12 toneladas de la mezcla, con la esperanza de que en menos de un año se empiecen a ver los primeros resultados.
En los pozos intervenidos, la mezcla debe renovarse cada determinado tiempo para hacer un monitoreo de los cambios que va teniendo el agua mediante los sedimentos que van quedando alrededor del cauce, dijo el activista.
Además realizarán campañas de reforestación en los alrededores para limpiar el subsuelo de metales pesados de manera natural y agilizar la biodegradación del cascarón de huevo y tener mejores resultados.
Contaminación y enfermedades en México
Para H2O, trabajar en el río Santiago es importante debido a la gran cantidad de personas que se abastecen del agua contaminada del afluente y que, al menos desde hace dos décadas, tienen enfermedades renales y diversos tipos de cáncer.
Un estudio realizado en 2010 por la Universidad Autónoma de San Luis Potosí -financiado por el Gobierno de Jalisco pero ocultado durante una década- detectó en el agua metales pesados como plomo, arsénico, benceno o cadmio, así como mercurio en la sangre en hasta 98 % de los niños de seis poblados cercanos.
La Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) se pronunció al respecto en 2020 y emitió una resolución en la que pide a México adoptar medidas “para preservar la vida, integridad personal y salud de los pobladores de las zonas a hasta cinco kilómetros” del río Santiago.
Para los activistas de H2O poder limpiar el agua y los olores fétidos que esta emana es una manera de empezar a ayudar a los pobladores de los municipios aledaños al río, aunque recordaron que el trabajo contempla un período de cinco años.
Fuente: Ecoinventos
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