El comportamiento responsable de las empresas es valorado por sus clientes: puede definir la decisión de compra o puede impulsar el boicot público de la marca. Paralelo, las personas y en especial el mejor talento no están dispuesto a trabajar en empresas que no sean gestionados de manera ética, responsable y transparente, y buscan cada vez más que las empresas tengan un propósito que esté enfocado en generar valor social para impulsar el desarrollo sostenible, y no solo generar valor a los accionistas.
Esta tendencia que se estaba acentuando más y más en los últimos años toma relevancia en los momentos en los que una emergencia mundial nos impacta a todos y exige de cada persona, de cada empresa o de cada institución pública o privada un comportamiento que esté orientado a garantizar la salud de sus miembros, minimizar el contagio y paralelo garantizar el acceso y calidad de sus productos y servicios.
Las marcas: ¡se suman a prevenir el Covid-19 o sus clientes las castigarán!
Pero ¿cómo se hace esto? En primer lugar, las empresas deben tomar las medidas internas para que sus colaboradores minimicen la probabilidad de contagio, a través de adaptaciones de espacios de trabajo, procesos e infraestructura, flexibilización de esquemas laborales y despliegue de campañas de concientización.
Con igual nivel de importancia, deben tomar medidas en pro de la continuidad del negocio, para cumplir con su objetivo de brindar a la población el acceso a productos y servicios de primera necesidad con altos estándares de seguridad y calidad. Ser innovadores y flexibles para ponerse en los zapatos del mercado y repensar la oferta de bienes y servicios, asegurar la solvencia, adaptar su estrategia de comunicación con públicos de interés, tener presente a la cadena de valor, son gran parte de los retos que tenemos hoy los empresarios.
Se debe activar el comité de salud, extremar medidas de higiene en las instalaciones, analizar posibles áreas para teletrabajo, evaluar opciones que faciliten la cuarentena a personas vulnerables bajo esquema remunerados, sensibilizar sobre las medidas para minimizar el contagio y orientas a las personas a solo atender la información oficial difundida por las autoridades competentes.
Las falsas noticias o los consejos imprecisos hacen mucho daño en el comportamiento de las personas y por ende pueden profundizar la emergencia.
En este contexto, la alineación y cumplimiento de los protocolos y medidas definidas por las autoridades es lo que permitirá transitar el camino de la recuperación social y económica. La forma en la que estas medidas se cumplan e implementen, más allá de ser lo responsable, influirá en la forma en la que es valorada la organización.
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Paralelo, las campañas de comunicación deben estar orientadas a consumo responsable, y ojalá plegarse a compañas nacionales y mundiales que impulsen las medidas para minimizar el contagio. Por esto muchas marcas se han sumado al tema suspendiendo campañas que van en contra de las medidas para prevenir el contagio, como lo es el caso de Hershey´s con su campaña de dar abrazos, o Coors Light que promueve el tomarse a la ligera el home office.

Y muchas empresas locales, han tomado medidas de racionamiento de productos para evitar las compras nerviosas que generan desabastecimiento y por ende mayor caos social.
Por sobre todas las cosas las empresas no pueden aprovecharse de la vulnerabilidad de las personas y pretender sacar mayor rentabilidad del negocio. Como ejemplo de acciones que no pueden estar permitidas están el alza de precios, acaparamiento para crear sensación de escasez, campañas que generen desinformación u ofertas engañosas.
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Las empresas que tengan visión de largo plazo deben asumir su rol como actores sociales responsables y en ningún caso pretender aprovechar esta situación para lograr más ventas. De hacerlo podemos garantizar que sus principales públicos: colaboradores y clientes, les castigarán con su rechazo y boicot.
La emergencia global que estamos viviendo tendrá un impacto económico muy grande que, en este momento, es muy difícil de estimar con precisión. Por eso cobra relevancia que las empresas pongan por delante sus valores y su propósito para asegurar que contribuyen con las políticas mundiales definidas para atender la situación con una gestión que las impulse al largo plazo.
Autora: Paulina Rodríguez
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Paulina Rodríguez
Consultora Gerencial en Estrategia y Comunicación, con amplia experiencia en fortalecimiento de reputación, comunicaciones internas, manejo de crisis, entrenamiento de voceros y sostenibilidad empresarial.
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