Índice
El Producto Interno Bruto es el indicador por excelencia del nivel de riqueza y avance de los países, sin embargo, es un inexacto indicador de bienestar humano.
El Producto Interno Bruto (PIB) es el indicador más usado para medir la riqueza, crecimiento económico y bienestar de los países.
Sin embargo, ¿es el PIB el indicador de bienestar más adecuado? Inicialmente diseñado para poder cuantificar, con relativa efectividad, la producción económica, el PIB no es un índice válido para ponderar una variable como el bienestar humano.
Hasta mediados de los años 30 no existía indicador que permitiese medir la situación económica de un país. El economista estadounidense Simon Kuznets, inventor de la contabilidad nacional, llenó esta necesidad en 1934 con una serie de indicadores, entre ellos el PIB, que permitían saber cuánto producía, consumía o ganaba un país. Sin embargo, no fue más allá al definir un indicador de bienestar, pues no parecía indispensable en su momento.
Entonces, el PIB representa el valor de todos los servicios y bienes producidos por una economía durante un período de tiempo, normalmente un año. Se podría pensar que cuánto mayor es el PIB, mayor es la riqueza del país. Sin embargo, por ejemplo, el PIB de Portugal supera al de Suiza, sin necesariamente significar que sea más rico o que el bienestar de su población sea mayor. Es aquí donde el PIB flaquea como indicador de bienestar.
Por estas razones, el PIB no es un buen indicador de bienestar
El PIB es muy útil para medir la producción de una economía, pero por sí mismo y de forma aislada no es nada adecuado como indicador de bienestar de la población o su desarrollo. Las siguientes son algunas de las principales críticas del PIB como indicador de bienestar de un país:
- Si comparamos dos países y uno tiene mayor PIB que otro podría parecer que tiene mayor bienestar. Sin embargo, esto no es en absoluto así porque no estamos considerando la población de cada país. Como solución, utilizamos el PIB per cápita y podemos afirmar que, en general, los países con un nivel alto de PIB per cápita tienen un nivel de desarrollo económico mayor. Sin embargo, la estadística puede dar lugar a conclusiones erróneas, ya que este indicador tampoco señala cómo el ingreso se distribuye entre la ciudadanía.
- Existen actividades muy importantes que al no estar remuneradas no son tenidas en cuenta por el PIB. El ejemplo más típico es el trabajo doméstico, relegado por carecer de valoración en el mercado. Sin embargo, si alguien paga por él contratando a un asistente del hogar sí aparece reflejado. Con el trabajo voluntario o con las actividades de trueque ocurre exactamente igual: el PIB los ignora.
- La economía sumergida se escapa totalmente de la contabilidad del PIB. Muchas actividades no son declaradas al sector público con el objetivo de evitar el pago de impuestos y, por lo tanto, no consta su existencia. Si esta economía saliese a la luz, el PIB se incrementaría en varios puntos porcentuales.
- El PIB no mide el nivel de desarrollo de un país, así como tampoco la calidad o el nivel de su sistema educativo o de su sanidad. Vamos, que la calidad de vida en general tampoco es medible por el PIB, aunque sí que es cierto que los países con un PIB por habitante más elevado pueden permitirse unos mejores servicios de sanidad o educación, así como mejores infraestructuras y servicios en general.
- No mide el estado del medio ambiente ni los daños causados en él o en los recursos naturales por la actividad económica desarrollada. En otras palabras, el PIB no informa de las externalidades, esto es, no refleja la totalidad de los beneficios y costes sociales derivados de la actividad económica.
- El PIB tampoco mide la calidad de los bienes y servicios producidos. Las cifras del PIB sólo son números que no tienen en cuenta qué se está produciendo exactamente o cuál es la calidad de lo producido. Esto impide, por ejemplo, comparar la producción entre distintas épocas. ¿Suma lo mismo una computadora al PIB ahora que en los años 80? La respuesta es no. ¿Suma lo mismo un país de servicios que uno exportador de petróleo? La respuesta también es no.
- Ignora el valor de elementos que contribuyen a mantener el nivel de bienestar de la población, como el ocio o la libertad. En los países más libres o en los que sus habitantes tienen más tiempo de ocio y mejores opciones en los que invertirlo, el bienestar es mucho mayor.
¿Existe alguna alternativa para medir el bienestar?
Como vemos, el PIB presenta importantes limitaciones que lo convierten en un índice de eficiencia cuestionable como indicador de bienestar de la sociedad.
El propio Kuznets consideraba al PIB una medida inexacta del bienestar humano. Un mejor indicador de bienestar podría ser el Índice de Desarrollo Humano, ranking que además del PIB añade la educación y la salud del ciudadano, factores ponderados con la misma importancia. Este índice es muy representativo del progreso de los países y también del bienestar ciudadano.
FUENTE: El Blog Salmón.
About Author
Impacto Positivo
Somos Impacto Positivo es una plataforma creada con el propósito de inspirar y orientar a nuestros lectores a mejorar sus estilos de vida.