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Las navajas de Ockham y de Hanlon: dos modelos que te ayudan a evaluar personas y situaciones

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Las navajas son herramientas que ayudan tener mejor comprensión del comportamiento humano, necesario para todo emprendedor al seleccionar su equipo de trabajo.

El brillante General Kurt Hammerstein-Equord, “el general rojo” del Ejército de la República de Weimar, concibió un sistema para calificar a los oficiales:

Existen cuatro categorías:

  • Inteligentes.
  • Trabajadores.
  • Estúpidos.
  • Vagos.

Dos características pueden combinarse.

Unos pocos son inteligentes y trabajadores: deben formar parte del equipo general.

El 90% de todo ejército es estúpido y vago, solo apto para los trabajos rutinarios.

Los inteligentes y vagos califican para las más altas posiciones: tienen claridad mental y calma para decidir bien.

Nunca se dan responsabilidades a los estúpidos y muy trabajadores porque, invariablemente, causarán mucho daño”.

¿Se guiarían por la información más obvia para definirlos, eliminando lo rebuscado?

¿Reconocerían sus propios sesgos negativos y paranoicos?

¿Cómo reconocer a cuál categoría corresponde un individuo?

Responder a estas cuestiones es tarea de un líder cuando debe discernir adecuadamente entre los perfiles laborales que mejor se ajusten a las plazas que componen el engranaje de su organización.

Las navajas de Ockham y de Hanlon son dos modelos mentales que evaluán objetivamente personas -y situaciones- y así, apoyan la labor de selección. Sacar provecho a las navajas es fundamental para discriminar entre situaciones e individuos en cada ocasión de nuestra vida profesional y hasta personal.

LAS NAVAJAS

Las navajas: dos modelos mentales contrapuestos

LAS NAVAJAS

Una navaja filosófica es una herramienta usada para eliminar las posibles respuestas equivocadas a una evaluación. La navaja de Ockham es bien conocida. Se la debemos al filósofo y lógico escolástico del siglo XIV, Guillermo de Ockham que se resumen en que “en igualdad de condiciones, la explicación más simple suele ser la más probable“.

Entonces Ockham propone evaluar una persona o situación por la información más evidente y sencilla, evitando la tentación de complejizar lo obvio.

Guillermo de Ockham, tambien fraile franciscano, dijo:

“La pluralidad no debe postularse sin necesidad”.

Muy usada en medicina, esta navaja ayuda a diagnosticar una enfermedad por su síntoma preponderante, descartando los secundarios. Entre las navajas, esta es capaz de detectar lo más probable con acierto, lo que la hace muy útil en aquellos terrenos en los que somos muy experimentados y competentes.

La navaja de Hanlon, en cambio, nos recomienda examinar nuestras opiniones negativas sobre personas y situaciones que, creemos, buscan perjudicarnos cuando en realidad existen otras explicaciones. Esta navaja filosófica, conocida también de otras formas, sugiere una forma de eliminar explicaciones poco probables para el comportamiento humano.

LAS NAVAJAS

El creador de este principio, Robert Hanlon, dice:

Nunca atribuyas a la malicia aquello que se explica más adecuadamente por la incompetencia“.

No se trata siempre de la maldad del otro con un deseo de atacar a nuestra persona, a nuestros servicios o productos. Es probable que haya otra explicación. La otra parte puede sufrir inconvenientes que no tienen nada que ver con nosotros, tener distracciones o demoras involuntarias, o simple ineptitud. Por lo tanto, no debemos atribuir a los demás un deseo de perjudicarnos, cada vez que pueda haber una o más explicaciones alternativas.

LAS NAVAJAS

Puede haber una intención maliciosa, pero la navaja de Hanlon nos aconseja considerar antes la más probable incompetencia, advirtiéndonos también que esta incompetencia no hace más aceptable la acción del otro.

Las personas que se conducen sin una coordinación central y que actúan según su mejor interés también pueden crear resultados que a muchos pueden parecerles claras pruebas de una conspiración o de absoluta ignorancia“.

dijo Douglas Hubbard.

¿Y cómo elegir nuestra navaja?

Saber que cada vez que evaluamos algo o a alguien estamos inconscientemente usando uno de nuestros dos modelos, nos ayuda a pararnos mejor frente a la realidad. Si tenemos una gran experiencia con la persona o situación que estamos evaluando, no dudemos demasiado. Nuestro uso automático de la navaja de Ockham, probablemente será el correcto.

LAS NAVAJAS

Frente a las personas o situaciones nuevas o que no conocemos muy bien, tal vez tengamos un sesgo negativo que no se justifique. En este caso, no debemos usar la navaja de Ockham y decidir lo que nos parece verdadero, sino recurrir a la navaja de Hanlon para discriminar lo real de lo imaginario.

Una última reflexión: puntos ciegos

En la vida y los negocios gana la persona con más claridad y menos puntos ciegos. Eliminar los puntos ciegos significa que estamos cada vez más cerca de la comprensión de la realidad objetiva. Si ego, y no competencia, impulsa lo que emprendemos, podemos garantizar tener puntos ciegos.

Distinguir entre lo que entiendes y lo que no entiendes brinda una ventaja a todo emprendedor. Aceptar, con honestidad, dónde falla el conocimiento, señala las vulnerabilidades y los puntos en los que mejorar.

LAS NAVAJAS

Y es entonces cuando tú puedes rellenar los huecos y dar un gran salto en tu crecimiento personal y profesional.

FUENTE: Boletín de Despegue Uno.

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