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La lucha contra los tumores cancerígenos ha ganado terreno en pleno siglo XXI en opinión del Nobel William Kaelin que vaticina descubrimientos inminentes para dentro de los próximos 10 años.
La noche del 7 de octubre de 2019, el oncólogo William Kaelin, era declarado ganador del Nobel de Medicina. El médico neoyorquino de 63 años rondaba las quinielas de posibles ganadores desde que sus investigaciones lo condujeron a descubrir el mecanismo por el que las células detectan el oxígeno disponible y se adaptan a él, un hallazgo que ha abierto la puerta a nuevos tratamientos en la lucha contra los tumores, el cáncer, y también la anemia.
Sin embargo, el médico no ambicionaba ganar el Nobel. Por años, la esposa de Kaelin, la reputada oncóloga Carolyn Scerbo, jugueteaba con la idea de que su esposo sería galardonado, hasta que le sorprendiera la muerte en el 2015 a causa de un cáncer fulminante, llevándose consigo buena parte de la motivación e inspiración de Kaelin. Con todo, Kaelin continúa en la primera línea de lucha contra los tumores, desarrollando proyectos para cambiar la situación de la enfermedad.
En una entrevista concedida a Manuel Ansede para el diario El País, Kaelin pondera los acontecimientos que lo llevaron hasta donde está. Desde su formación en la prestigiosa universidad de Harvard, cuando se encontró con profesores que no supieron reconocer su potencial en su momento, hasta lo indiferente que fue su primer acercamiento al denso estudio de la Biología por su carácter ampliamente descriptivo.
Hoy, Kaelin es responsable de la fabricación de nuevos fármacos como el roxadustat, recientemente aprobado en Europa como tratamiento contra la anemia. Se trata de un medicamento que engaña al cuerpo para que piense que no está recibiendo suficiente oxígeno y responda, por ejemplo, formando más glóbulos rojos. El potencial de este principio es invaluable en el tratamiento del cáncer, considerando que este mal a menudo secuestra el sistema, cogiendo las riendas de los sensores de oxígeno, para engañar al cuerpo y que abastezca al tumor de sangre.
“En las décadas de 1960 y 1970 había que memorizar un montón de nombres de plantas y animales, pero nos faltaban herramientas para llevar a cabo experimentos explicativos. Cuando estás en el instituto, lo más importante que puedes aprender es a pensar con claridad, de manera lógica y rigurosa. Si lo aprendes estudiando biología, maravilloso, pero también lo puedes lograr en otras disciplinas. Puedes reinventarte varias veces por el camino, pero tienes que aprender a pensar”- nos dice Kaelin.
Heredero de los tiempos de la Guerra Fría, Kaelin afirma que hay momentos en los que la imaginación de las personas se expande y surgen nuevas posibilidades con el incentivo de los tiempos que se viven. En los suyos, fue el interés en la ciencia propulsado por la carrera espacial y la agitación de los sesenta, lo que lo inspiró a él a formarse en medicina. En la misma medida, nuestros tiempos pueden engendrar nuevos profesionales en diversas disciplinas, siempre que exista el incentivo que, en opinión de Kaelin, puede ser perturbado por los intereses políticos que cuestionan a la ciencia cuando las conclusiones no le son gratas.
El estado actual de las investigaciones en la lucha contra los tumores y el cáncer
Kaelin afirma que la inversión en ciencia es insuficiente pues no basta con abastecer de dinero y recursos a los científicos cuando la actitud hacia la ciencia y los sistemas educativos flaquean. Las ciencias están en su mejor momento desde aquel punto de inflexión que supuso en el año 2000 la publicación del primer borrador del genoma humano que trajo consigo una aceleración radical en el progreso de las ciencias biomédicas. Ahora la obtención de resultados es menos retardada.
Antes, el cáncer se combatía sobre todo con fármacos con la capacidad para matar o inhibir las células cancerosas, sin que se conocieran realmente los entresijos moleculares de los tumores. Esta técnica rudimentaria pasó a segundo plano cuando se comprendieron los mecanismos moleculares y se comenzaron a desarrollar fármacos en consonancia que no mataran indiscriminadamente células cancerosas y células normales. La lucha contra los tumores adoptó un enfoque genético.
Perspectivas a futuro
Kaelin pondera la impredecibilidad de la ciencia antes de aventurar periodos específicos para posibles futuros descubrimientos. Así mismo es con respecto a sus impresiones sobre el tratamiento del cáncer. Confía en que abordando un enfoque de mayor precisión se pueden obtener mejores resultados que se traduzcan en el alivio de muchos pacientes. Ojala que en al menos 10 años.
“De repente, aprendes algo que cambia por completo tu forma de pensar y aparecen oportunidades que no podías ni imaginar. Yo siempre soy un poco reacio a predecir cómo será el tratamiento del cáncer en una década o dos, porque me decepcionaría si todas mis predicciones son correctas” – nos dice Kaelin.
Las tradicionales y destructivas quimioterapias son bastante rudimentarias, en opinión de Kaelin, nada comparables con la medicina de precisión que, en combinación con el consumo de otros fármacos, fortalecen el sistema inmune para combatir el cáncer y evitan la aparición de resistencias. Otro abordaje con potencial consiste en corregir los genes defectuosos implicados en el cáncer.
Kaelin se despide esperanzado en atestiguar la llegada de nuevos enfoques más precisos en los próximos 10 o 20 años que nos conduzcan hacia métodos, fármacos y tratamientos más efectivos que representen la sanidad y el bienestar de los pacientes. La lucha continúa y constantemente suma nuevos seguidores y más victorias para fortalecer el espíritu humano.
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