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Mujeres bribris de Costa Rica ponen en práctica un sistema agroforestal lleno de tradiciones que beneficia a las comunidades y biodiversidad de su natal Costa Rica.
La comunidad costarricense de Talamanca es hogar y tierra de sustento para sus pobladores. De su diversidad racial destaca un grupo formado por mujeres bribris que defienden prácticas agroforestales sostenibles nacidas de una tradición milenaria. Conocidas como “fincas integrales”, este sistema imita la diversidad y la productividad del bosque: los árboles madereros dan sombra a los frutales, que a su vez dan cobijo a las plantas medicinales, en medio de todo lo cual el ganado y la vida silvestre prosperan.
Las mujeres bribris están recuperando su liderazgo tras décadas de declive y problemas sociales en la comunidad de Talamanca. Las bribris son una de las pocas sociedades matrilineales del mundo: la tierra se traspasa de madre a hija junto con las responsabilidades de su cuidado. Y Talamanca es el preciado bien que protegen, en el que se establecen y cultivan vastas plantaciones de monocultivos como el plátano.
El sistema agrícola resistente y ancestral de las “fincas integrales” es de agrosilvicultura y no sólo beneficia a las familias sino que también ayuda a proteger la biodiversidad y mitigar los efectos del cambio climático.
Este sistema agrícola es en apariencia desordenado al emular el desorden creativo de un bosque tropical en el que los madereros como el laurel o el cedro dan sombra a frutales como el limón y a medicinales como el ezapote.
Estas plantaciones hacen que la comunidad sea casi autosuficiente, ya que proporcionan alimentos, materiales de construcción y medicinas. Además, las parcelas agroforestales de la comunidad albergan una gran variedad de animales que van desde cerdos y caballos hasta fauna silvestre como los tucanes, abejas sin aguijón y otros insectos polinizadores del cacao.
Mujeres bribris: líderes organizadas
En Talamanca son las mujeres bribris las principales productoras de cacao de la región. Estas mujeres asumen su rol como las guardianas de la tierra, perpetuadoras de la cultura y la lengua bribri. Esta responsabilidad les confiere de las herramientas para organizarse y ser protagonistas centrales en el territorio.
Las líderes de las mujeres bribris se organizaron para crear la Asociación de Mujeres Indígenas de Talamanca (ACOMUITA) para ser la voz y el poder de las mujeres a través de los valores sociales y culturales del cacao orgánico.
En la actualidad, ochenta y nueve mujeres forman parte de esta asociación que combina las actividades relacionadas con el cacao con el empoderamiento de la mujer.
Entre los logros de la asociación está el haber mejorado el precio del cacao, convirtiéndose en actores clave del territorio de Talamanca y ganando de paso el reconocimiento expreso del gobierno costarricense. Aproximadamente son siete mil bribris los que componen esta comunidad de la región de Talamanca, una tierra de contrastes entre las prácticas ancestrales y la agricultura industrial.
El estado de la agricultura en Costa Rica
La plantación de monocultivos implica el uso de plaguicidas y Costa Rica es uno de los países que más utiliza estos productos agroquímicos en el mundo, aplicando en promedio más de veinticinco kilogramos por hectárea de tierra cultivada. Plaguicidas de toxicidad aguda y altamente contaminantes se usan especialmente en cultivos importantes de exportación como el plátano y el café. Estas prácticas son rotundamente rechazadas por las mujeres bribris.
La cosmología del pueblo bribri pone en primer plano la conservación de la naturaleza y así lo defienden las mujeres de la etnia.
“Los agricultores de Shiroles que trabajan con monocultivos, también son indígenas bribris como nosotros, pero no piensan en la madre tierra, en la salud, en la familia; solo les importa la economía”.
dice Marina López, de ACOMUITA
La agrosilvicultura de las mujeres bribris es además una respuesta de resistencia a las prácticas nocivas contra la tierra. La resistencia también significa la preservación de la biodiversidad y la regeneración del suelo. Las fincas integrales son un ciclo regenerativo en el que las hojas caen al suelo y nutren la tierra, el sotobosque y la fauna. El cacao, fruto sagrado para la etnia bribri, tiene un importante papel en las reservas de carbono y en la absorción de dióxido de carbono.
Las mujeres bribris continúan su lucha por defender las fincas integrales, lo que es al mismo tiempo, defender su cultura y su forma de vivir en la naturaleza y en contra de la lógica propuesta por la sociedad capitalista. El apego del pueblo bribri a la tierra encarna una forma de pensar y vivir holística y muy arraigada. La agrosilvicultura es, para los bribris, una solución y un legado de tradición recibido de los antepasados.
FUENTE: Mongabay.
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