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Son 318 paradas de autobús de la ciudad de Utrecht, en Holanda, las que están cubiertas con plantas para favorecer la polinización.
El cambio climático, la contaminación y el uso desmedido de pesticidas está causando la desaparición de las comunidades de insectos, a un ritmo alarmante en los últimos años, lo cual representa una gran preocupación pues el papel que juegan en el ecosistema es esencial. En vista de la situación, en la ciudad de Utrecht en Holanda, se han colocado plantas en los techos de 318 paradas de autobús, para ayudar a la proliferación de las abejas y otros insectos.
La contribución que hacen las abejas a nuestro ecosistema es invaluable. De su función polinizadora depende el 70% de la agricultura. Si las abejas se extinguen, la humanidad le seguirá, porque ningún otro animal puede cumplir su función.
Así mismo, otros insectos cumplen una función que es fundamental para el equilibrio de los ecosistemas. Pese a esto, las comunidades de insectos son vulneradas. Solo en Estados Unidos, en tres años han desaparecido el 50% de las colmenas.
Diversas iniciativas se están desarrollando en diversos lugares para favorecer la preservación y esparcimiento de los insectos y ayudar a las abejas en su labor polinizadora. En Suecia, los restaurantes McDonald’s comenzaron el movimiento colocando colmenas en sus tejados, para luego, la ciudad holandesa de Utrecht hacerse eco, dando techos verdes a las paradas de autobús. Estas acciones tienen por meta aumentar la biodiversidad de las plantas en sectores urbanos y ayudar a los insectos a alimentarse sin ser molestados.
En Utrecht, hacen un total de 318 paradas de autobús las que han visto sus techos sembrados con plantas de tipo Sedum, un género de flores que comprende más de 400 especies, y que son muy apetecibles para las abejas.
Los techos de las paradas de autobús se han convertido en refugios que no solo sirven para dar cobijo a los insectos, sino que también capturan el polvo fino, aliviando la contaminación, y almacenando el agua de la lluvia.
Son muchos más los beneficios de estos oasis para los insectos que permean en el ambiente, por ejemplo, al ayudar a reducir la contaminación acústica, los niveles de estrés, aumentar la biodiversidad, embellecer la ciudad, absorber el carbono y mejorar la calidad del aire.
Otras medidas similares se han puesto en marcha para convertir a Utrecht en una ciudad limpia. Los operarios del ayuntamiento que cuidan los techos verdes de las paradas de autobús viajan en vehículos eléctricos. Las paradas de autobús también utilizan luces LED de bajo consumo cuya energía proviene de los molinos de viento y los bancos están fabricados con cañas de bambú. Por último, toda su estructura se ha hecho con hormigón reciclado.
Con 55 nuevos autobuses eléctricos en su flota de transporte público, el gobierno, a través del ayuntamiento, da pasos firmes hacia su meta de hacer al transporte totalmente eléctrico en Utrecht para 2028.
Utrecht también está ejecutando un esquema que permite a los residentes solicitar fondos que pueden usarse para transformar sus techos en techos verdes. Medidas como esta son una vista relajante para los ojos doloridos.
Utrecht aspira a encabezar en breve el ránking mundial de ciudades mejor adaptadas para circular en bicicleta y poner a disposición del público los autobuses eléctricos.
La ciudad holandesa además ha dispuesto un programa de fondos con el que multiplicar la misma iniciativa en las zonas residenciales, especialmente orientada a los dueños de hogares propios con sus techos. Ojala esta medida loable sobre las paradas de autobús de la ciudad de Utrecht pronto se implemente en más ciudades del mundo a una escala mucho más amplia, mejorando así la calidad del aire y la calidad de nuestras vidas.
FUENTE: Computerhoy.
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