Algunos componentes químicos en un protector solar pueden afectar gravemente los ecosistemas marinos, por lo que hemos de ser cuidadosos en su elección.
Los negativos efectos ambientales de nuestras medidas de protección son potencialmente graves. Por ejemplo, el uso del protector solar a base de filtros tóxicos para la vida marina, como la oxybenzona, el octinoxato, el octocrileno, el dióxido de titanio (TiO2) y las nanopartículas de plástico.
Es tan importante cuidarse del sol, como elegir un protector solar conociendo su composición para rechazar los que contienen sustancias nocivas.
Los dermatólogos llevan años alertando sobre la necesidad de hacer uso de este tipo de productos para evitar los graves daños que la radiación solar puede causar a nuestro organismo. Pero la mayoría de los consumidores desconocen los efectos perjudiciales para el medio ambiente de estos compuestos. Al elegir un protector solar, debemos asegurarnos de que no contiene estas sustancias tóxicas
En enero pasado, Hawái se convirtió en el primer estado de Estados Unidos en prohibir las ventas de protectores solares que tengan oxybenzona y octinoxato. La medida promete extenderse a otros países, pero su implantación está lejos de generalizarse. Cerca de 14.000 toneladas de protector solar terminan en el mar cada año, alterando las condiciones de vida de los ecosistemas subacuáticos y afectando a los seres vivos que habitan desde el Ártico hasta los remotos arrecifes de coral del sur del Pacífico.
Organizaciones de consumidores y grupos ecologistas llevan años presionando a las autoridades para que actúen al respecto a través de campañas en redes sociales que se multiplican frecuentemente.
Pero los compuestos tóxicos del filtro solar siguen acumulándose, principalmente en ecosistemas de agua dulce, donde aceleran la eutrofización y acaban con la biodiversidad acuática.
Nuestro protector solar, nuestra elección
Algunas marcas han decidido adelantarse a los cambios de normativa y están reformulando ya sus productos para reducir el impacto ambiental que generan en el entorno. Lo anuncian en sus envases y es necesario que pongamos en valor ese gesto. Hay que practicar el consumo responsable e incorporar la protección del medio ambiente a nuestra decisión de compra, eludiendo las cremas solares que siguen usando estos productos tóxicos, especialmente las de marca blanca. Nuestro aparente ahorro en la compra acaba pagándolo el mar.
Un estudio del Laboratorio Ambiental Haereticus vinculó directamente el uso de protectores solares tóxicos con el precoz blanqueamiento del coral en el planeta, algo que se venía atribuyendo solo al cambio climático.
En el caso de la oxybenzona, se sabe que es un alterador endocrino de las larvas de coral y causa daños en su ADN, lo que provoca que se encierren en su propio esqueleto y mueran.
El Centro Redford, fundado por el actor norteamericano Robert Redford y su hijo James (recientemente desaparecido), se dedica a la creación y realización de documentales de divulgación y educación ambiental, uno de los cuales se centró en el tema del contenido tóxico de un protector solar. Mientras la legislación que prohíbe estas sustancias se generaliza y acelera, con una propuesta de resolución del Parlamento Europeo para ello, nosotros tenemos la capacidad de actuar rechazando los protectores solares que las incorporen.
FUENTE: El Confidencial.