Para enfrentar las repercusiones negativas del cambio climático en sus aguas, Países Bajos construye 5 islas artificiales.
Por estar al nivel del mar, los Países Bajos han experimentando de frente las consecuencias del cambio climático, viendo sus costas poco a poco anegadas por el aumento en el nivel de las aguas en las que, además, hay una notable baja en la biodiversidad.
La construcción de cinco islas artificiales viene a ser la medida implementada por el país para contrarrestar las repercusiones negativas del cambio climático en las aguas de sus costas.
Los males del cambio climático han transformado la faz del país europeo. Lo que en algún momento fuera un paraíso ecológico lleno de aves migratorias y cientos de variedades de peces empieza a tornarse en una masa turbia sin vida. El lago Markermeer, con una extensión de 700 kilómetros cuadrados al norte del país, regula el nivel de las mareas en el resto de la nación. Es precisamente este cuerpo hídrico el que corre el riesgo de perder por completo su biodiversidad.
Un archipiélago emergente
La iniciativa detrás de las islas artificiales se debe a la ONG Natuurmonumenten que se dio a la tarea de intervenir para preservar la naturaleza y la biodiversidad del lugar. Fue la ONG la encargada de construir una serie de cinco islas artificiales, creadas para conservar gansos silvestres, golondrinas, garzas y decenas de variedades de especies de peces. El objetivo de estos islotes es recuperar la salud del ecosistema del lago Markermeer.
Este ambicioso proyecto fue posible gracias a la asociación entre la ONG, el Ministerio de Infraestructura y Gestión del Agua, el Ministerio de Agricultura, asociaciones de pescadores y de protección del medio ambiente y tuvo un costo de 60 millones de euros obtenidos mediante donaciones privadas.
El archipiélago formado contiene a las cinco islas artificiales construidas en un lapso de dos años y medio. Y su éxito es visible, ya que han servido como lugar de descanso para miles de golondrinas y otras aves que se pueden avistar en el lugar.
André Donker, guardabosques residente del lugar, observa de primera mano los brotes de una biodiversidad naciente. El lago está recuperando su salud gracias al gran esfuerzo de distintas organizaciones y la cooperación en equipo.
Islas artificiales, alivio para la biodiversidad
Este archipiélago no es un proyecto inédito, pero sí es el primero que vela por el ecosistema de los Países Bajos y que además tiene como base de construcción el limo resultante de la formación sedimentaria que le confiere una textura entre la de la arcilla y la arena.
“Construir una isla con arena no es tan difícil, se hace en todo el mundo. Lo que es único aquí es que usamos limo”.
dice Jeroen van der Klooster, gerente de proyectos de Boskalis, el proveedor de servicios marinos que diseñó el archipiélago
De las islas artificiales, la mayor posee una extensión de 1.2 kilómetros. Permite que el cieno, forme áreas pantanosas, suelos fértiles y la correcta acumulación de alimentos para las aves migratorias.
También es el hogar de tres observatorios de aves abiertos al público. Las otras islas se reservan exclusivamente como punto de descanso natural para las migraciones de las aves.
Un proyecto como pocos en su clase, estas islas artificiales son la prueba de que es posible tomar acciones contundentes para preservar el planeta con la disposición honesta de la humanidad de cooperar para lograrlo. El éxito de esta cooperación conjunta se traduce en áreas verdes que están revitalizando al lago.
FUENTE: Someve.
