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Eduardo Estrada es un fotógrafo profesional que nos comparte su experiencia capturando la belleza y el poderío del águila harpía.
Sobrevolando su país en helicóptero, el fotógrafo profesional Eduardo Estrada de Panamá, se encontró por casualidad con una experiencia memorable mientras captaba con el objetivo de su cámara el poderío, la fuerza y la belleza de una madre de águila harpía incubando huevos en su nido.
Todo comenzó a las 6 de la mañana de un día poco común y en compañía de algunos biólogos con la meta monitorear y captar la señal de un radio-collar colocado a un Jaguar en el Darién.

Amor al águila harpía, desde la tierna infancia
Desde su más tierna infancia, Eduardo ha vivido enamorado de los grandes depredadores. Cuenta que solía buscar sus fotografías en las revistas de National Geographic y leer y aprender todo lo posible sobre sus comportamientos y entornos salvajes. Aquella admiración crecería con él hasta convertirse en su mayor curiosidad e ilusión.
En sus visitas al Parque Municipal Summit en el corazón del bosque protegido del Parque Nacional Soberanía, Eduardo pudo contemplar al águila harpía, descubriendo que las descripciones de las revistas y libros de textos se quedaban cortas.
El águila harpía es un ave realmente imponente. Sólo contemplar el tamaño de sus garras intriga respecto a todo lo que podría hacerle a sus presas con ellas. Su vuelo grácil parece difícil de concebir para un ave tan grande, tan rápida y tan fuerte.
La carrera fotográfica de Eduardo lo devolvió al Parque Municipal Summit donde tuvo la gran oportunidad de trabajar la fotografía de un águila harpía en cautiverio, en calidad de embajadora. Tan pronto entraba en el recinto con ella, convivía con sus actividades y vaciaba toda la memoria de su cámara fotografiándola y captándola con la mayor cercanía posible.
El día del monitoreo en Darién, la comitiva que formaban Eduardo y los biólogos, sobrevoló varias horas las altas cordilleras boscosas. Pasado el medio día, resonó el grito de uno de los biólogos: “HARPÍA, HARPÍA”.
El águila harpía había hecho su aparición en las alturas, entre los árboles, donde apenas y podía avistarse. Tan concentrados en el jaguar como estaban, cayeron en la cuenta de que estaban en el hogar de las águilas harpías.
El capitán y piloto dirigió el helicóptero mientras le dirigía instrucciones al fotógrafo, exclamando: ‘Eduardo, quiero esa foto, prepárate’. Con las puertas del helicóptero abiertas para una mejor visión, Eduardo sólo tuvo que girar, sacar medio cuerpo fuera del helicóptero y colgarse parcialmente con la cámara hasta lograr divisar al águila.
Eduardo tenía que actuar rápido para fotografiar al águila, una madre harpía, antes de que se asustara o pudiera estresarse, por lo que la nave enfiló el vuelo siguiendo su dirección de vuelo mientras la cámara disparaba repetidamente. Entonces el ave empezó a seguir a sus admiradores con su mirada atenta, haciendo una oportunidad hermosa y única de estar frente a la majestuosa ave nacional, en el entorno pacífico del anidamiento de sus polluelos.
El águila harpía es el símbolo de la fuerza y esmero que a diario el panameño coloca en todo lo que hace. Está presente en el escudo de armas y viste cientos de murales y cuadros de edificios de gobierno y escuelas. Aquel momento fue un regalo de la naturaleza que Eduardo comparte con nuestros lectores.
De todas las veces que Eduardo ha podido fotografiar al águila harpía, ya sea volando en el bosque o simplemente perchada, aquel fue uno de los mas emotivos encuentros. Completamente inesperado, casual y fuera de toda agenda de vuelo prevista. Fotografiar al águila harpía en su nido fue un momento espectacular y para siempre inolvidable.
Te invitamos a seguir el trabajo de Eduardo en su cuenta de Instagram y Facebook en las que comparte su trabajo fotográfico de maravillosos animales salvajes.
FUENTE: Mundo Águila
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