La movilidad sostenible encuentra un terreno fértil en Latinoamérica que haría posible recorrer cientos de kilómetros en cuestión de horas sin afectar el medio ambiente.
Un viaje por tierra de Buenos Aires a Santiago de Chile suele tomar 17 horas y 58 minutos en promedio. Imagina hacerlo en solo dos horas. Y ni hablar de un viaje por tierra entre ciudad de México y San José, Costa Rica que se calcula aproximadamente en 1 día con 19 horas. Ahora imagina hacerlo en tres horas. Esto es lo que permitiría el hyperloop, un nuevo método de transporte terrestre que potencia los alcances de la movilidad sostenible y brinda al viajero más facilidades.
Hyperloop consiste en cápsulas que viajan levitando en el interior de tubos a baja presión, transportando pasajeros y carga a una velocidad de hasta 1000 km/h y en un viaje con cero emisiones. Ahora el viajero podrá superar cientos de kilómetros en cuestión de horas. Este prototipo de transporte que impulsa la movilidad sostenible estaría listo para operar con pasajeros en 2030.
Este medio de transporte, desarrollado por la empresa española Zeleros y cuyo prototipo fue presentado en el congreso Global Mobility Call en IFEMA Madrid, es solo un ejemplo de las modalidades de transporte de un futuro no tan lejano.
Esta es de las primeras tendencias de movilidad sostenible hacia soluciones de transporte masivo digitalizadas y guiadas por inteligencia artificial, junto a soluciones de micro movilidad a la medida de cada persona.
“Las nuevas generaciones no entienden igual el vehículo privado, que para las generaciones anteriores sigue siendo un símbolo de estatus”.
afirma Miguel Elizondo, del Observatorio de Movilidad de Invertia.
Con el desarrollo de este vehículo de movilidad sostenible, Hyperloop viene a ser un ejemplo del por qué los automóviles estarían destinados a pasar de ser un elemento de propiedad privada sumamente ocioso, que ocupa actualmente dos tercios de las ciudades, a un medio compartido más en el engranaje de la movilidad.
Las ciudades se ven empujadas actualmente a buscar soluciones de movilidad sostenible, inteligentes, seguras, sostenibles e inclusivas, que brinden una mayor eficiencia y calidad de vida en un mundo cada vez más globalizado. Y Europa, con sistemas de transporte digitalizados e interconectados y el empleo de distintas fuentes de energía renovable, sigue esa senda.
Movilidad sostenible en América Latina
¿Podría esta tendencia encontrar un nicho en América Latina donde el 80% de su población vive en las ciudades? Un estudio del Banco Interamericano de Desarrollo busca responder a esta cuestión. Realizado entre 2021 y 2022, el estudio revela que América Latina y el Caribe están rezagadas en los esfuerzos para incluir más tecnologías digitales en el transporte y el desarrollo de opciones de movilidad sostenible.
Pese a los esfuerzos de política pública de países de la región en transformación digital del transporte, en pos a una movilidad sostenible y duradera, el 40% de las agencias públicas tienen pendiente elaborar una estrategia de transformación digital y 27% del sector privado.
En el caso de la hermana república de Colombia, el estudio Impulsando la transformación digital del transporte en América Latina y el Caribe realizado en conjunto con el Instituto de Columbia para la Tele-información, encontró que en el país sudamericano dos de cada tres organizaciones ya tienen una estrategia de transformación digital, mientras que en 2019 apenas tenían conocimiento sobre el tema.
Sin embargo, el 43% reconoce estar rezagada frente al promedio de América Latina y el Caribe
La cifra de esta región asciende a 67% cuando es comparada con entidades de países líderes a nivel mundial. La representante de la oficina del BID en Europa, Facia Pusterla afirma que esta transformación digital del transporte en la región hacia la movilidad sostenible, es influenciada por los costos de la tecnología, la falta de talento humano y recursos financieros y la resistencia al cambio.
América Latina y sus grandes desafíos
La situación en torno a la movilidad sostenible es la punta del iceberg en una región que avanza muy dispar con grandes desafíos sociales, políticos y económicos; además de una alta vulnerabilidad al cambio climático, con pérdidas que, según el BID, podrían alcanzan los $100.000 millones para 2050 y de las que la infraestructura de transporte no está exenta.
La sostenibilidad del sector transportes es vital para la Agenda 2030, los Objetivos de Desarrollo Sostenible y las metas climáticas de los países latinoamericanos.
Según el Banco Mundial, en la región el 35% de las emisiones de GEI por combustibles fósiles vienen del sector transporte, porcentaje mayor al promedio mundial en 22%. Y la flota de autos privados de América Latina crece más rápido que en cualquier otra región y se proyecta que alcance tres veces su tamaño actual en 2050.
Volviendo a Colombia, Bogotá, su capital, ha desarrollado iniciativas en electromovilidad, con una flotilla de 1485 buses eléctricos, la mayor luego de China; así como en medios de transporte interconectados, como tranvías y metros, en el marco de un plan de movilidad sostenible y ordenamiento territorial y, por último, en soluciones de micro movilidad con 1500 bicicletas compartidas, algunas para personas con discapacidad.
Sin embargo, la experiencia de Bogotá es todavía la excepción y no la regla en la región. América Latina tiene un rezago muy importante en infraestructura, lo cual toma tiempo e implica recursos financieros para acceder a tecnologías, pero resulta ser un paso importante para lograr una movilidad sostenible e incluyente. También destaca la riqueza hídrica de la región como una ventaja para la producción de energía limpia que puede servir al sector transporte.
“Cuando invertimos en vehículos eléctricos, estamos ayudando a mejorar también la salud de los ciudadanos y su calidad de vida, garantizando accesibilidad y haciendo una ciudad más igualitaria”
señala Felipe Ramírez, secretario de Movilidad de la Ciudad de Bogotá.
Un avance desigual
La región latinoamericana y del Caribe adolece una falta de estandarización, infraestructura y financiamiento en materia de movilidad sostenible. Hay países donde la eletromovilidad es algo real, como Chile o Colombia, pero otros países aún están en proceso.
Esto lo confirma Javier Navarro, quien está a cargo de Operaciones y Desarrollo de Negocio de QEV Technologies, una empresa española enfocada en la electromovilidad con negocios en América Latina.
Navarro destaca el gran potencial que tiene el hidrógeno como combustible principalmente para transporte de carga en distancias a partir de los 400 kilómetros, donde las baterías eléctricas no son una solución viable, pero aún representa una tecnología costosa que requiere, entre otras cosas, de soluciones de infraestructura de abastecimiento.
Para Antonio Lucio Gil, presidente de WWF España y experto en movilidad, la utilización de fuentes renovables para una verdadera movilidad sostenible, implica una gobernanza global de los materiales involucrados en el origen para evitar conflictos y especulación como la de los combustibles fósiles.
“Este es el caso de los minerales que se utilizan en las baterías ya que están concentrados en muy pocos países, hay desconocimiento sobre las reservas que existen y cómo se produce y se reparte esa riqueza. Es vital introducir de una manera muy comprometida e inteligente el aspecto social de la transición a la electromovilidad para evitar desigualdades con los sectores más desfavorecidos con problemas de acceso”.
afirma el experto en movilidad Antonio Lucio Gil, presidente de WWF España.
Según Rana Adib, directora ejecutiva de REN21, el sector transportes no debe repetir los problemas de los combustibles fósiles, por lo que hay que contar con estándares en términos de uso mínimo de materiales y reciclaje. La energía renovable es una oportunidad para el desarrollo económico de la región ahora que los precios de los combustibles fósiles suben. Es vital la participación de todos los actores sociales y el empleo de fuentes de energía local.
El reconocido economista estadounidense y líder mundial en sostenibilidad, Jeffrey Sachs, puntualiza que América Latina y el Caribe requieren de infraestructura, estrategias comunes y un Pacto Verde como el europeo, que busca que el continente sea cero emisiones para el 2050. Sin embargo, la movilidad sostenible en la zona solamente logrará superar sus desafíos de forma integrada.
“Las divisiones que existen ahora mismo en América Latina son artificiales, incluso aquellas políticas son pequeñas comparadas con los intereses comunes de la región”.
puntualiza el líder en sostenibilidad, Jeffrey Sachs.
FUENTE: LatinClima.
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