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El escultor danés Thomas Dambo construye con materiales reciclados gigantes de madera y los esconde en las arboledas de Copenhague, alejados de los caminos habituales.
El escultor danés Thomas Dambo construye con materiales reciclados gigantes de madera y los esconde en las arboledas de Copenhague, Dinamarca, alejados de los caminos habituales.
Sus esculturas, los “guardianes de los bosques” se pueden encontrar usando un mapa del tesoro o un poema clavado en una piedra cerca de cada escultura. Estos dan pistas para encontrar a los distintos gigantes. En opinión de los visitantes, el trabajo de Dambo es arte integrado en su entorno.
Thomas Dambo utiliza madera reciclada para, con la ayuda de carpinteros locales, llenar de magia y sorpresa los parajes más intrincados del bosque con estas esculturas de trolls de 20 metros de altura. Este proyecto denominado “Los 7 Trolls y La Torre Mágica” está conformado por 7 trolls de entre 7 y 18 metros de altura, algunos están de pie, otros sentados y otros tumbados, hechos con madera procedente de estantes viejos de supermercados y ramas de árboles caídas.
Este proyecto tiene un claro mensaje sobre el futuro y la importancia de reducir el volumen de desperdicios que producimos a diario. De hecho, Thomas Dambo, un artista versatil, recrea el mensaje en una canción de rap escrita por él mismo en la que los trolls, asustados al ver lo que los humanos están haciendo con el mundo, deciden refugiarse en la montaña y crear una gran torre para enseñarles a los humanos lo que ellos ven:
“Y la gente pequeña (los humanos) caminó hacia la cima donde abrieron los ojos
LETRA DE LA CANCIÓN DE LOS TROLLS.
y vieron más allá de los bosques las montañas y los cielos
vieron el futuro con lágrimas en los ojos
lo que vieron nadie lo sabe pero los ojos nunca mienten…”
Thomas Dambo no se ha limitado a los bosques de su país, sino que ha ocultado sus trols en zonas boscosas de Bélgica, Francia, Australia y Corea del Sur. Dambo confía en que sus guardianes de los bosques permitan a los visitantes a disfrutar de la naturaleza más allá de los enclaves más turísticos e inspirarlos a ver el gran potencial del reciclaje y del mejor cuidado del planeta.
FUENTE: Cultura inquieta / ElleDecor.
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