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La Fundación “Yo pinto una sonrisa” se manifiesta activamente en medio de la situación precaria que viven los hermanos migrantes varados en territorio nacional.
Se calcula que, hasta la fecha, son más de 69.000 los venezolanos que intentan atravesar el denso y salvaje territorio selvático del tapón del Darién, con la meta de conquistar el sueño americano.
Para cada migrante, dejar atrás su país, su hogar, el escenario familiar y cómodo en el que han desarrollado toda su vida, echando raíces seguras, supone un cambio traumático y abrupto que comienza con un inhumano e incierto recorrido de cientos de kilómetros de peligros, incógnitas y tragedias.
Como si fuera poco, recientes políticas migratorias de los Estados Unidos, la meta de su intrépido viaje, terminan enfrentando a los que logran sobrevivir la proeza, con una barrera infranqueable. Imágenes de migrantes venezolanos confundidos, deambulando en los estados del sur de México sin saber qué hacer, abundan desde finales del pasado octubre.
Y estas imágenes no son exclusivas de México, sino que se reproducen en calles y callejones de Panamá, Costa Rica y otras naciones centroamericanas, donde se repliegan los migrantes que no alcanzaron un lugar en los atestados albergues.
El 12 de octubre, el Gobierno de Joe Biden anunció una nueva medida que concierne a los venezolanos: el que entre irregularmente por la frontera terrestre con México o haya llegado en igual circunstancia a Panamá, será expulsado de inmediato a territorio mexicano, sin posibilidad de asilo.
Conscientes de la dura realidad que viven los viajeros, los voluntarios de la Fundación “Yo Pinto una Sonrisa” se dieron a la tarea de recolectar alimentos, ropa y medicinas para distribuir entre los cientos de viajeros venezolanos y de otras nacionalidades que se quedaron varados en territorio nacional luego de las nuevas políticas migratorias decretadas en los Estados Unidos.
Desde el pasado 23 de octubre, en la Fundación “Yo Pinto una Sonrisa” nació el germen de esta noble acción que ya cumple 10 días de logros satisfactorios. La fundación aunó sus esfuerzos con los de MIRES Panamá, con un centro de acopio previamente dispuesto para recolectar artículos de aseo personal, alimentos secos, ropa o colchonetas.
Simultáneamente se preparó una campaña de divulgación para invitar a solidarizarse con la causa y se abrió una cuenta de ahorros a nombre de la Fundación “Yo Pinto una Sonrisa” para financiar la labor.
Como respuesta, son miles de corazones los que generosamente han contribuido con lograr la meta de socorrer a la población inmigrante. Para el séptimo día de su labor habían preparado y repartido un total de 9,600 comidas entre desayunos, almuerzos y cenas.
Eventualmente, se sumarían a la causa el equipo de la Avanzada Juvenil y la fundación Soy tu mano amiga y la marca CERRO PUNTA, S.A. se convertiría en benefactora, proporcionando productos frescos para la preparación de los alimentos.
El trabajo de estas almas caritativas llevando alimentos que devuelven las fuerzas al abatido, desde su cocina llena de amor, hasta las manos de cada uno de los hermanos migrantes, se merece una ovación de pie.
Si deseas contribuir con la causa de “Yo Pinto una Sonrisa” y sus nobles cómplices, puedes optar por cualquiera de estas dos opciones:
Para hacer aporte económico a la cuenta de ahorros de la Fundación “Yo pinto una Sonrisa”:
Para donar alimentos a la cocina de emergencia escribe a este link para recibir las instrucciones.
FUENTE: France24 / The New York Times / El País.
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