Una startup llamada Sway descubrió que con las algas marinas se puede crear un material parecido al bioplástico que se degrada en no más de 40 días.
La Organización de las Naciones Unidas (ONU) afirma que para 2050 puede que haya más plástico que peces en el mar, de modo que, junto con el calentamiento global, el problema del plástico es una de las grandes cruzadas medioambientales del planeta.
Curiosamente, es posible que la solución para el desafío de la eliminación de plásticos provenga del mismo lugar que contaminan, es decir, de los mares.
Algas marinas convertidas en bolsas
Sway, una empresa de Silicon Valley, se dedica a transformar las abundantes algas marinas que encontramos en el mar en un material similar al plástico. Este descubrimiento puede servir para sustituir bolsas y embalajes de un solo uso. El aliado natural de las algas marinas es la bacteria haloferax mediterranei, que se alimenta de los carbohidratos de las algas y los metaboliza en polihidroxialcanoato.
Es un tipo de poliéster producido en la naturaleza por medio de la acción de bacterias normalmente por fermentación de azúcar o lípidos.
Los polihidroxialcanoatos son uno de los campos de investigación más prometedores, ya que los bioplásticos resultantes son completamente biodegradables y no generan ni una clase de residuos tóxicos. Hasta ahora, era preciso recurrir a plantas de cultivo para producir este tipo de bioplásticos, lo que requería recursos agrícolas que, a su vez, se desviaban de la producción de alimentos.
El plástico se fabrica con combustibles fósiles, pero Sway está demostrando que su plástico fabricado a base de algas marinas puede ser igualmente útil para varios de los usos que se le dan hoy en día.
Las bolsas de bioplástico se degradan en un mes
La empresa recientemente recibió 2.5 millones de dólares de financiación para proseguir con su trabajo. Julia Marsh, cofundadora de Sway, explica que este material es biodegradable y tiene un tiempo de vida limitado de 12 meses. Una vez completado este tiempo, “las algas marinas” desaparecen entre las cuatro y seis semanas posteriores.
Las algas marinas son capaces de retener hasta 20 veces más carbono que los árboles, sin necesidad de requerir agua dulce ni plantarse.
Aseguran que su material es más fuerte que el polietileno normal de baja intensidad que habitualmente se utiliza en las bolsas de supermercado. Así, una vez más la propia madre naturaleza nos brinda soluciones válidas para el rescate de nuestro planeta.