Poco se ha hablado de la Responsabilidad Social Empresarial Personal, pero el factor humano es el resorte que hace posible el éxito de toda estrategia de RSE.
El ser humano, que se compromete, por decisión propia, solidaria y con libertad, a participar como componente activo de una actividad de beneficio social, que lleva a cabo una empresa u organización.
De todos es conocido que la Responsabilidad Social Empresarial, es solo atribuida a las empresas u organizaciones de carácter mercantil, con el buen fin de apoyar con obras que beneficien el bien social de personas o de las comunidades, en su entorno y contorno.
Es la Responsabilidad Social Empresarial, la mejor manera de proyectar la imagen, y fortalecer la reputación de las empresas u organizaciones en el ambiente del marketing económico, social y político, ya que las acciones bien planificadas, coordinadas y ejecutadas van dirigidas a ofrecer dicha, bienestar, prosperidad, a quien las reciben, sean estas personas o comunidades.
La RSE, no solo es el compromiso de las empresas o de las organizaciones, sino que hoy, a luz de las necesidades que los humanos soportamos, debemos ver y admitir que la Responsabilidad Social Empresarial, RSE, es las más adecuada fórmula, para participar con buenas acciones en el hábitat social de las personas y de las comunidades.
Para que ese logro sea eficaz se tiene que contar con el elemento más importante y trascendente de un servicio social: el ser humano, que es el alfa y el omega de toda actividad de carácter social humanitaria y donde emerge la Responsabilidad Social Empresarial Personal, RSEP, como el cimiento de la Responsabilidad Social Empresarial.
Responsabilidad Social Empresarial Personal
Hasta hoy solo hemos dado cabida a las estrategias sociales, trazadas y hasta divulgadas por la empresa u organización, y no se ha visto ni analizado que el factor humano, es el resorte que hace posible el éxito de todas las tareas de carácter social que se programan y se planifican.
La RSE, se inicia con el ser humano, que se compromete, por decisión propia, solidaria y con libertad, a participar como componente activo de una actividad de beneficio social, que lleva a cabo una empresa u organización, habida cuenta que como ser humano, éste se desenvuelve en la vida diaria como todo un emprendedor social; en el hogar, en la comunidad, en el trabajo, al ejercer funciones sociales, económicas y políticas.
En el hogar, es empresario al administrar el patrimonio moral, espiritual, educativo, económico y cultural de los miembros que conforman la familia.
En la comunidad es quien gestionan actuaciones y servicios para el logro del bien común en sociedad. En el Trabajo, es quien produce los bienes económicos mediante las funciones profesionales que desempeña, acciones estas que lo hacen ser un emprendedor de la Responsabilidad Social Empresarial Personal, y con esos insumos de comportamiento humano, podemos afirmar que la RSE, se evidencia cuando el ser humano, es su actor principal.
Por lo tanto, se tiene que concebir, que sin la participación activa y protagónica del ser humano, como motor de la Responsabilidad Social Empresarial Personal, la Responsabilidad Social Empresarial, no tendrá eficacia, en ninguno de los estamentos de la vida social de la sociedad.